Situaciones extremas como la pandemia de coronavirus que estamos viviendo a nivel mundial ponen a prueba al tejido social y plantea nuevos escenarios que dejan en evidencia lo mejor y lo peor de cada sociedad.
En medio del avance de la enfermedad con datos que cambian y se actualizan a cada hora la información adquiere un rol central, disponer de ella no es lo importante. Lo importante es hacer un uso responsable de los datos que nos llegan, siendo conscientes de que la información es uno de los elementos más sensibles con los que contamos y que, en cuestión de segundos, mal utilizada puede ser igual de peligrosa que el virus.
En la ciudad de Concordia se vivió un caso tristemente particular en los últimos días en relación al primer caso de coronavirus detectado. Amir Jacobo tiene 25 años, su diagnóstico fue positivo y ahora se recupera y cumple con las condiciones de aislamiento en el Hospital Masvernat de la ciudad.
Pero el de Amir no fue un caso más, fue el primero de la ciudad pero además debió padecer las consecuencias de rumores infundados y mal intencionados que lejos de ayudar en esta situación, terminan por crear una situación de pánico y estigmatización generalizada.
En diálogo con este medio, y en relación a su presente, el joven cuenta: "Físicamente me siento muy bien, hasta el día de la fecha no he tenido síntomas, creo que eso es muy positivo. Anímicamente me siento fortalecido por todo el apoyo de la gente que por ahí manda un mensajito de aliento, y mi familia que es el primer pilar. El agradecimiento a toda esa gente que me da su apoyo y me alimenta el corazón porque la situación que tuve fue traumática, fue muy fea".
La situación a la que hace referencia el joven ocurrió en el momento de su llegada a la ciudad de Concordia tras arribar a Ezeiza proveniente de un vuelo desde los Estados Unidos, donde se encontraba realizando un intercambio cultural.
Su padre, Eduardo Jacobo, tramitó la correspondiente Solicitud de Acceso de Vehículos de Pasajeros que otorga un permiso por 48 horas para retirar pasajeros del aeropuerto de Ezeiza. Con ese documento pudo trasladar a su hijo hasta Concordia.
Al llegar a la ciudad, Amir y su padre se encontraron con personal de gendarmería, de la policía y de la municipalidad que los intercede y llevan al joven al Hospital para realizarle un hisopado. Luego una ambulancia lo escoltó hasta su casa, la cual ya había sido desalojada, para que cumpla con el aislamiento correspondiente.
"Las amenazas se generaron porque se difundió información falsa al decir que yo venía en el viaje con fiebre y esquivando controles en Estados Unidos y Argentina, se generó un pánico y los vecinos no querían que ingrese a la ciudad", cuenta Amir. Por las redes sociales se dispersaron rápidamente los rumores falsos que se convirtieron en amenazas y agravios contra toda la familia.
"A partir de los datos falsos se arma un escrache en mi facebook donde dan a conocer mi arribo a Ezeiza y que estaba volviendo para Concordia, lo cual era legal y estaba justificado. Este escrache no solo que puso en peligro a la integridad física de mi familia sino que generó una situación de psicosis en toda la sociedad".
Los medios se enteraron antes que el paciente del resultado positivo, la información se había filtrado y Amir solo tuvo tiempo de buscar unas pocas cosas antes de ser trasladado al Hospital Masvernat donde está siendo atendido como indica el protocolo. "Estoy recibiendo medicación y control constante por parte del personal médico", señala el joven.
El viaje y los controles
"Volví de Estados Unidos que es un país de riesgo, hoy se pueden ver los números de ahí lamentablemente. Me hicieron un control antes de subir al avión, después me hicieron otro control de fiebre; en Ezeiza pase por una cámara que te medía la temperatura corporal. Los controles estuvieron a cargo de personal de sanidad y de policía aeroportuaria. Cuando salí de Ezeiza también me hicieron otro control", explica con detalle y tranquilidad el joven.
Amir tenía un vuelo comercial de regreso para mediados de abril, “pero luego de la determinación del gobierno nacional de cerrar las fronteras y el espacio aéreo solo se permitía el ingreso de vuelos de Aerolíneas Argentinas con repatriados. Entonces un día tuve la oportunidad de conseguir un lugar en el último avión que salía para Argentina”, explica.
Amir habla de lo vivido con respeto, entereza y calma pese a la situación que debió vivir con su familia. "Ellos se encuentran muy bien, me están conteniendo y apoyando. Mi papá es el único que tiene que cumplir con el aislamiento porque es quien me trajo de Ezeiza. Todo está en orden y cumpliendo la cuarenta siguiendo las indicaciones", cuenta mientras recuerda que "esa noche me encontré con muchas emociones y salí fortalecido de todo, eso creo".
