Tras recibir “innumerables reclamos por parte de vecinos”, la concejal Natalia Lenci por el partido Unión Cívica Radical (UCR), presentó un proyecto de ordenanza ante el Concejo de Representantes de Villa Carlos Paz, mediante el cual propone “modificar la Ordenanza Nº 965/80 referida a los ruidos molestos”, explicando que “necesita actualizarse” con el fin de regular y finalmente poder eliminar los ruidos excesivos e innecesarios emanados de vehículos y motovehículos.
Según explicó, su propuesta se basa en que tanto Inspectoría Municipal como el Juzgado de Faltas “puedan disponer el retiro y retención de los escapes libres o dispositivos colocados a tales fines”. Y señalando además, que el titular debe instalar un caño de escape reglamentario y homologado.
De esta manera, la propuesta indica que “el Juez de Faltas podrá ordenar la desmaterialización de los escapes libres o dispositivos colocados a tales fines”, precisa el reciente comunicado de prensa.
Por otra parte, el proyecto busca “regular la prohibición a los comercios vender y/o colocar caños de escapes no reglamentarios ni homologados, ni dispositivos que adulteren los mismos, siendo pasibles de las mismas sanciones establecidas por la presente ordenanza de acuerdo al Código Municipal de Faltas o a criterios del Juez de Faltas”, señala.
Al respecto, la autora de la propuesta, la concejal de la UCR Natalia Lenci, manifestó “El proyecto le da más herramientas a Inspectoría de Tránsito y al Juzgado administrativo de Faltas para poder sancionar y/o secuestrar los vehículos que tengan escapes libres o dispositivos no reglamentarios. Regular este problema en la vía pública contribuye de manera favorable a la convivencia entre vecinos y es una queja constante de los mismos”, concluyó.
Cabe destacar que según manifestó la concejal, fueron “innumerables” los reclamos que recibió por parte de residentes de la ciudad respecto a los ruidos molestos y a la contaminación sonora que producen los vehículos y motovehículos sin silenciador, con caños de escape adulterados, a través de dispositivos u otras fallas mecánicas o alteraciones. Los cuales, según expresó, “perjudican la buena convivencia en el tránsito urbano de nuestra ciudad”, fundamentó Lenci.
En este sentido, también argumentó que “generan importantes afecciones a los vecinos, en especial de los sectores más vulnerables a este tipo de contaminación, como los adultos mayores, las personas con enfermedades, las personas con TEA y TGD u otra discapacidad, niños, niñas y adolescentes. Además de los daños y alteraciones que provocan los altos niveles de sonoridad en animales, ya sean domésticos o de la fauna autóctona de nuestra región”, fue parte de lo explicado en este reciente proyecto de ordenanza presentado este 9 de diciembre.
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