La Falda tiene un habitante muy especial: Bujía, el perro recolector de residuos. No se trata de una mascota común, sino que este perro trabaja junto a los empleados que cada día se encargan de limpiar las calles.
Cada noche, cuando el camión sale a buscar los residuos, está listo para subirse y acompañar a sus amigos humanos. Bujía vive en la zona de la terminal de ómnibus, pero tiene un oído muy fino para reconocer los autos de los recolectores. “Cuando pasan corre hasta el corralón, le ponen un chaleco reflectivo y lo dejan subir al camión”, cuentan.
“Nos empezó a seguir hace como un año en el camión. Mis compañeros lo cuidaron, le damos de comer, hay vecinos que le dan agua y hace todo el recorrido”, indicó uno de los trabajadores.
Pero Bujía no se conforma con ir sentado al lado del conductor. También baja a ayudar a sus compañeros a levantar las bolsas. Con su boca, las lleva hasta la tolva y las deposita con cuidado. En los videos que se viralizaron se lo ve haciendo su tarea con mucha dedicación y alegría.
Los recolectores lo quieren mucho y lo cuidan como uno más. Le dan de comer, le hacen caricias y le agradecen su colaboración. Algunos incluso intentaron adoptarlo y llevárselo a sus casas, pero Bujía siempre volvió al lugar donde se siente más feliz: cerca del corralón, esperando la hora de salir a trabajar.