A su vez, depende de otros significativos aspectos. Como son el tipo y grado de maduración de la uva, diferentes de acuerdo a la clase de vino por producir, las condiciones climáticas y la región de producción.
La vendimia es un momento esencial dentro del proceso de elaboración del vino. Durante este período, los enólogos, bodegueros y productores toman decisiones cruciales que definen las características y la calidad del vino a producir.
Los orígenes de esta práctica se remontan, por supuesto, al origen mismo del vino. Las primeras referencias datan del Antiguo Egipto, más de 5000 años atrás, cuando ya tenían lugar los trabajos de recolección de la uva y del posterior pisado del mosto, el que luego de su fermentación daba lugar al vino.
La importancia de estas primeras y milenarias vendimias descansaba no sólo en su carácter de proceso agrícola. Las mismas destacaban ya como un acontecimiento cultural, social y religioso, que se integraba en las celebraciones de las cosechas y de los tributos y ofrendas al dios Osiris. Ya que era a esta figura a quien los egipcios atribuían la creación del vino.
También, la cultura Fenicia como las civilizaciones de la Antigua Grecia y la Antigua Roma presentaron una concepción similar de la vendimia, contemplada en los bailes y celebraciones que desarrollaban en honor y agradecimiento a los dioses Dionisio y Baco.
De la antigua civilización romana, justamente, hemos heredado el término vendimia. El mismo deriva del latín vindemia, cuyo significado etimológico remite al sustantivo vinea, el fruto de la viña, y al verbo demere, que significa arrancar.
La importancia de la Vendimia
Como mencionamos, el momento de la vendimia es el punto de partida ineludible para elaborar un buen vino. Durante este período, la parte más importante de todo el proceso remite a la elección del momento idóneo para iniciar la cosecha de las uvas.
Dicho punto va a estar determinado por el grado de maduración que presente el fruto, el que será evaluado y señalado en función de un seguimiento exhaustivo de la evolución de las uvas, análisis técnicos, catas y pruebas de laboratorio.
Principalmente, se busca que las uvas estén lo más sanas posibles y presenten óptimas concentraciones de azúcares, ácidos, taninos y todo un conjunto de componentes naturales que contribuirán a fijar las características finales del vino. Tales como sus matices aromáticos, su graduación alcohólica, su estructura, cuerpo, color y frescura.
El punto óptimo de maduración de las uvas, por su parte, como mencionamos, estará influenciado por la variedad de uva, la clase de vino que se anhele producir, las condiciones climáticas y meteorológicas, la situación geográfica del viñedo (su latitud, longitud y altitud) y la composición del terreno.
Es importante ver los tipos de vendimia.
En la vendimia manual los racimos de uva son recogidos a mano, uno por uno. De esta forma se realiza una primera selección de los frutos, cortando solo aquellos racimos en óptimas condiciones de maduración. Luego, estos racimos son trasladados hacia la bodega en cajas relativamente pequeñas, para garantizar su buen estado. Una vez en la bodega, este tipo de vendimia suele ser empleada en la producción de vinos de alta calidad. Supone costos más elevados, aunque asegura un extremo cuidado de las uvas y un equilibrado grado de maduración de toda la cosecha.
La vendimia mecánica, en cambio, implica el uso de máquinas cosechadoras, las que recogen los racimos de las uvas cultivadas en espalderas. Estas son las conocidas hileras de viñedos, que presentan una significativa separación entre sí para permitir el paso de la maquinaria.
Este tipo de vendimia supone costos menores, al tiempo que no asegura, del mismo modo en que lo hace la vendimia manual, el especial cuidado de los racimos y su grado de maduración homogéneo. Factores, ambos, que pueden influir posteriormente en la calidad final del vino.
Más allá de estos dos grandes tipos de vendimias, podemos hacer una mención especial a las llamadas vendimias nocturnas y vendimias tardías. Las primeras son realizadas en zonas sumamente calurosas durante la noche, para evitar que las altas temperaturas dañen las uvas.
Mientras que las segundas, las vendimias tardías, implican proceder a la cosecha una vez que las uvas ya se encuentran parcialmente secas, con el objetivo de aumentar la concentración de azúcares y producir otros tipos específicos de vino.
Por último, en ciertas ocasiones se procede a la vendimia escalar. Durante la cual, tal como su nombre lo indica, la recolección de las uvas se realiza de forma escalonada y sucesiva.