Mediante un proceso denominado «transesterificación», se separan los ácidos grasos del glicerol y vuelven a esterificarse a un alcohol conocido como metanol, dejando como residuo el glicerol.
Cada 100Kg de biodiesel elaborado se obtienen entre 4 a 10kg de glicerol.
A partir del crecimiento de la industria del biodiésel, el uso de glicerol en las dietas del ganado presenta un creciente interés debido a una mayor disponibilidad y a precios más favorables.
El glicerol es un líquido viscoso, el cual debe preservarse a una temperatura por encima de los 13ºc para asegurar su fluidez.
De acuerdo con la FAO, el glicerol es reconocido como un ingrediente alimentario seguro en las dietas de animales. Sin embargo, deben tenerse en cuenta los niveles de metanol del glicerol obtenido mediante la producción del biodiésel.
El grado de pureza dependerá de los procesos a los que sea sometido, cuanto más puro es, menor contenido de metanol contendrá.
Es por esto que pueden encontrarse niveles variables de metanol, que van desde 1,3 a 27%. Este último, es un alcohol indeseable para la alimentación del ganado debido a su toxicidad.
En rumiantes el poder de toxicidad del metanol es menor que en los animales monogástricos, gracias a las bacterias ruminales que logran detoxificar el alcohol; sin embargo, en altas dosis o en animales no acostumbrados, podrían generarse cuadros renales y nerviosos.
El glicerol se clasifica como una materia prima concentrada y energética. La proporción de agua es variable aunque nunca llega a superar el 27%
Esto ofrece ventajas con respecto a otros ingredientes con mayor contenido de agua en cuanto al transporte y almacenamiento.
El glicerol es muy estable y permite el almacenamiento por períodos prolongados de tiempo. Aporta alrededor de 3,346 Mcal de Energía Metabolizable/kg de materia seca y no contiene fibras.
Tanto el glicerol como el maíz tienen un valor energético similar. Sin embargo, para la dieta con un alto contenido de almidón (55% de ración de MS), el valor energético del glicerol como reemplazo del maíz disminuye. Esto podría deberse a que la inclusión de glicerol en la dieta de rumiantes deprimiría la digestibilidad de la fibra. No obstante, los estudios aún no son concluyentes al respecto.
Por otro lado, al reemplazar el maíz con glicerol como única fuente de energía, se debe prestar atención al hecho de que el glicerol no suministra proteínas ni minerales importantes; por lo tanto, éstos deben ser compensados.
El glicerol se degrada completamente por fermentación ruminal a ácidos grasos volátiles (AGV), especialmente propionato y butirato. Estos ácidos disminuyen el pH ruminal y causan efectos negativos en la síntesis de proteínas microbianas y en la digestibilidad de la fibra.
Sin embargo, la respuesta del ambiente ruminal a la dieta con glicerol, está estrechamente relacionada al nivel de inclusión del glicerol y a la forma de administración. Es por eso que las respuestas encontradas en los numerosos estudios son diversas.
Se cree que la alimentación con glicerol, podría disminuir la producción de metano de los rumiantes.
Esto es debido a que se genera una mayor proporción de propionato en el rumen, en contraste con dietas fibrosas.
La formación de propionato en el rumen compite por los hidrógenos con la metanogénesis, lo que redundaría en una menor producción de metano.
Al igual que en dietas con alto contenido de almidón, la inclusión del glicerol en la ración debe ser paulatina, para darle suficiente tiempo al rumen para desarrollar las poblaciones bacterianas adecuadas para su metabolismo. De lo contrario, los animales durante el período de transición, las vacas lecheras se enfrentan a grandes desafíos nutricionales. Generalmente, una semana antes y tres semanas luego del parto, el consumo de alimento disminuye en aproximadamente un 30%, y el ganado atraviesa una situación conocida como balance energético negativo (BEN).