Esta imagen deja en claro las principales diferencias en la res para el novillito consumo y la vaca de conserva debiendo aclarar que se trata de animales de casi diez años de edad, que se encuentran en el final de su vida reproductiva y que generan pérdidas económicas en el rodeo.
Al sumar estos animales improductivos a las ventas externas, se generaron una serie de beneficios. Por un lado, se oxigenaron los esquemas ganaderos y se percibieron subas en los márgenes rentables.
Y un dato no menor, es que los productores también financian con estas vacas viejas la compra de vientres nuevos para los esquemas de cría.
Si un consumidor argentino encuentra esta mercadería en un mostrador, es casi seguro que no la comprará, más allá de su precio. Se trata de una carne de un color que oscila entre el rojo oscuro y marrón y una grasa amarilla.
Con esto, hay que dejar bien en claro que en Argentina no se consume la vaca con destino China y nuestros novillitos y vaquillonas -base del mercado local- no tienen destino de exportación.
El impacto en la faena de mayo por las medidas oficiales, demuestra que ésta se vio afectada por el cese en la comercialización de hacienda. Se faenaron 964.255 cabezas, un 16% menos que en igual mes de 2020. Tomando el acumulado entre enero y mayo, la faena resultó un 7,4% inferior a la de enero-mayo del año pasado.