Germán Gabriel Medina fue asesinado este miércoles por la noche en una peluquería de Recoleta tras una discusión con un compañero de trabajo. La víctima recibió un disparo en la cabeza por parte de Abel Guzmán, quien escapó por una de las ventanas del local donde trabaja el coiffeur Facundo Verdini.
Hacia finales de febrero, los empleados del salón de belleza se presentaron en las redes sociales del estilista. Germán contó que era uno de los coloristas del staff y sus especialidades eran el balayage, babylights, los cortes de diseño y peinados recogidos.
“Mi nombre es Germán y soy colorista. Una de las cosas que se piden mucho son balayage en ombré que son los que tienen el contorno o los babylights que es un efecto como si hubieses ido a la playa y se te haya aclarado el pelo naturalmente en hebras bien finitas”, dijo.
Además, agregó en su presentación: “Se pide mucho colores que vayan bien de la mano del color natural de base de cada clienta. Un tip para mantenerte en tendencia es no irte de tus colores naturales y siempre tener un destello que acompañe cerca del contorno de la cara”, recomendó.
También aseguró haber trabajado en televisión, con famosos y en desfiles. “La peluquería me enseño que el reflejo del espejo también es el verdugo, dependiendo como uno está, también te invita a quererte hacer más cosas”, reflexionó.
Por último dijo: “El estado anímico de cada persona va acompañado también de cómo se ve y cómo se siente, acá en la peluquería aprendimos que lo que hacemos con amor se transmite a la clienta y eso se contagia”.
CÓMO FUE LA PELEA Y EL ASESINATO
Las cámaras de seguridad del local registraron toda la secuencia. El video, en total, dura dos minutos y medio.
En él se pueden ver a tres hombres y a una mujer sentados en ronda. Quien termina ejecutando el disparo fatal contra uno de ellos está parado. Esta persona es Abel Guzmán, el asesino, quien saca el arma y comienza a increpar a sus compañeros.
En ese momento, y en medio de la discusión, mientras amenazaba a sus compañeros, transcurren varios segundos de Guzmán con la pistola en la mano ya habiéndola gatillado (lo hizo apenas la sacó de su pantalón) y se percibe que los momentos de tensión con sus compañeros persisten.
En todo momento, Guzmán mantuvo una distancia necesaria para poder efectuar un disparo “limpio” y pese a que alguno de sus compañeros intentó acercarse un poco, él continuaba manteniendo esa distancia. Eso, en el video, puedo evidenciar que él premeditadamente sabía qué estaba haciendo y que no habría sido solo un ataque de furia.
Lo llamativo de toda esta escena fue que Germán Gabriel Medina, quien termina siendo la víctima fatal, en todo momento permaneció sentado, incluso en una situación relajada, con una mano sosteniendo su cabeza y no se inmutó siquiera cuando fue apuntado directamente por Guzmán, como creyendo que el asesino no sería capaz de efectuar el disparo mortal.
En ese momento y con absoluta frialdad, Guzmán le dispara en la cabeza a Medina y sale corriendo, ante la mirada de terror y estupefacta de sus compañeros.
Incluso, ya sobre el final del video, se puede ver cómo uno de los empleados le facilita la huida a Guzmán, al abrirle una ventana para que pueda escapar.
De inmediato, la Policía de la Ciudad fue alertada y se acercó hasta el lugar. Aun con signos vitales, Medina es trasladado por personal del SAME al Hospital Fernández, pero a los pocos minutos, este joven de 33 años, murió.