Los precios interanuales de los alquileres en Buenos Aires subieron un 87,9% y ya alcanzaron el alza acumulado de la inflación que pisa el 88%. Pero no es lo único que preocupa a los inquilinos en la Ciudad: la oferta de viviendas para alquilar baja considerablemente. Actualmente, sólo hay disponibles menos de 1.500 departamentos en pesos. Por otro lado, cada vez hay más propiedades temporarias con valores en dólares que superan los US$ 1.200 mensuales.
Según el portal Zonaprop, en noviembre el aumento fue del 5,7%. El informe puntualiza que el valor del alquiler tradicional de un monoambiente en CABA es de $72.877 por mes, un departamento de dos ambientes cuesta $88.124 mensuales y una unidad de tres ambientes y 70 m2 se alquila por $119.458 por mes.
Leandro Molina, gerente comercial de la plataforma, comentó: “De acuerdo a nuestros avisos en el portal, hoy un 42% de los alquileres tradicionales son en dólares. Esto sucede más que nada en barrios donde la demanda es muy alta y la oferta se mantiene acotada”.
Puerto Madero encabeza el podio de los barrios más caros de Buenos Aires con un precio medio de $166.789 por mes. La lista continúa con Palermo y Núñez, con $105.807 y $105.170 mensuales, respectivamente.
Villa Devoto ($86.979), La Boca ($85.251) y Caballito ($83.249 mensuales) son los considerados “medios”, mientras los más económicos para alquilar son Floresta ($68.466), Barracas ($68.825) y Villa Luro ($69.323 por mes).
Las consecuencias de la Ley de Alquileres
En el sector inmobiliario sostienen que la última ley de alquileres falló y, lejos de soluciones, trajo aumentos y redujo notablemente la oferta. Incluso se prevé que en el primer trimestre de 2023 no haya opciones y que muchos propietarios e inquilinos pacten acuerdos informales. Hay quienes que hasta consideran que podría haber “oferta cero” en los alquileres tradicionales y en pesos.
Marta Liotto, presidenta del Colegio Profesional Inmobiliario (CPI) porteño, aseguró que es resultado de “una muy mala ley que trajo más sinsabores que ventajas”. “En el Congreso nacional sigue dormida la posible reforma y nadie quiere tratarla. Y por lo que notamos de los propietarios no hay intenciones de publicar en alquiler sus viviendas que sí destinaron en venta y aunque saben que también cuesta venderlas prefieren no arriesgarse con los alquileres formales y no terminan de aceptar acuerdos a tres años y ajustes anuales”, expresó.
Se estima que en julio próximo la situación se agrave más, cuando se vencen los primeros acuerdos a tres años desde que entró a regir la nueva ley. Muchos de esos inmuebles que se liberen probablemente no se vuelvan a ofrecer en locación si no se reformulan los puntos neurálgicos de la normativa: contratos de dos años y pactar ajustes semestrales y entre partes, como era hasta antes de julio de 2020.
“Si bien la oferta de inmuebles en alquiler ha disminuido notablemente a partir de la ley, todavía hay propietarios que deciden destinarlos en locación. Además, hay muchos dueños que tienen la necesidad de un ingreso por lo que al poner la propiedad en alquiler, se evitan gastos de mantenimiento y hay un flujo de dinero que entra. Pero es cierto que hasta que no haya un panorama más certero en cuanto al cambio de ley que ayude al propietario y al inquilino, no habrá una estabilización de los precios y no habrá un crecimiento de la oferta en el corto plazo”, argumentó Molina.
Este, sin dudas, es un derrumbe histórico de la oferta. En el mercado inmobiliario dan por hecho que si no hay cambios en la ley vigente, la disponibilidad de hoy en pesos directamente se extinguirá para el primer trimestre de 2023.
“Esperamos que por ser un año electoral la política entienda que pueden terminarse los departamentos en alquiler y eso generaría una crisis porque mucha gente no tendría un techo donde vivir y eso jugaría en contra de la mayoría de los partidos que integran el oficialismo y el arco principal de la oposición”, agregó Liotto.
Cuál es la postura de los propietarios
En CABA la oferta de alquileres es mayormente de departamentos de dos ambientes (27,6%), en segundo lugar de departamentos de tres ambientes (24,7%) y le siguen los de cuatro ambientes (18%).
“Mucha gente nos consulta preocupada porque tuvieron que renovar contratos y quien pagaba $40.000 por un tres ambientes en La Boca ahora debió abonar $75.000 y realmente es un golpe terrible para la economía doméstica. Al menos es un impacto al principio. No sólo el sector necesita que se modifique lo que está mal de la ley, sino en beneficio de propietarios (que demandan certidumbre) e inquilinos que cada vez deben pagar más cuando renuevan o tienen que buscar un departamento para vivir”, dice Luciano de Marco, un inmobiliario de la Zona Sur de CABA.
En tanto los propietarios sostienen que de no cambiar las condiciones de la ley (también objetan los desalojos y que deben ser más rápidos si el inquilino no paga) prefieren seguir teniendo sus viviendas sin alquilar.
“Ayer me llamó una mujer que culminó el contrato con una inquilina y tiene dudas de seguir alquilando su departamento por la gran inflación que hay. Creo que no conviene que lo vuelva a hacer en el formato tradicional. Muchos recurren a un alquiler temporal o informal. Y sino los departamentos quedan vacíos, si no se reforma la Ley es probable que se llegue a oferta 0 en los próximos meses”, subrayó Germán Matienzo, miembro de la agrupación Propietarios Unidos de Argentina.