Dos vecinos del predio de la Ciudad Universitaria de Buenos Aires encontraron el cuerpo de un hombre de 56 años y dieron aviso a la policía. Según se conoció después, se trata de un vigilador privado que había comenzado a trabajar ese mismo día. Al parecer, cuando terminó su primera jornada laboral, dijo en su casa que salía a tomar aire y nunca volvió.
El cuerpo estaba boca abajo y tenía su DNI y tarjetas de tenencia de un arma de fuego sobre su espalda. Además, fue hallada a 30 centímetros de la víctima una vaina servida de calibre 9 milímetros.
El hecho es investigado por la fiscalía de Saavedra-Nuñez y la primera declaración de la viuda aportó datos importantes.
Un primer informe preliminar de la autopsia indica "una lesión cráneo encefálica por proyectil de arma de fuego".
No se descarta ninguna hipótesis. Ni la del suicidio, teniendo en cuenta que alguien pudo haberse encontrado con el cadáver, luego tomado el arma y hasta haber revisado las ropas del hombre hasta encontrarse con los documentos; ni la del asesinato, considerando que no encontraron el arma con la que se efectuó el disparo.
El cuerpo será sometido a una prueba de dermotest en las manos de la víctima para determinar si disparó un arma de fuego. Hasta el momento se intenta determinar qué hacía el hombre en ese predio y por qué tenía esa documentación en la espalda.
La esposa de la víctima dijo conocer que tenía un arma pero que no sabía dónde la guardaba. A su vez, contó que su marido solía salir a correr, pero al momento de morir el hombre no llevaba puesta ropa deportiva.
Las dos personas que encontraron el cuerpo y dieron aviso a la policía ya se presentaron como testigos y darán su declaración ante fiscalía.
