Policías fingieron ser médicos y atraparon a un asesino que estaba prófugo desde 2011 por haber fusilado a un hombre en un asalto. El sospechoso se había lastimado en un partido de fútbol y fue a atenderse al hospital Evita de Lanús.
Los investigadores tomaron conocimiento de que el delincuente había ingresado a la guardia de ese centro médico y planearon una trampa. Entonces, los oficiales se pusieron guardapolvos para aparentar ser médicos y se presentaron en la habitación donde estaba el acusado. Tras confirmar su identidad, se lo llevaron detenido.
El 2 de noviembre de 2011 se produjo el crimen por el que lo buscaban. Entró a robar con un cómplice menor de edad a una casa de Villa Diamante y el dueño intentó evitar el asalto y forcejeó con los delincuentes.
El detenido le disparó dos veces y el hombre murió en el hospital Evita, el mismo en el que atraparon al asesino.