Desde este lunes, los 230 edificios en los que funcionan las escuelas de todos los niveles, en Moreno, dejarán de dar clases tal y como se las conoce: un maestro o profesor con sus alumnos en un aula.
La decisión fue tomada por un grupo de directores autoconvocados tras la explosión en la escuela 49 de ese distrito, que causó la muerte de la vicedirectora y un auxiliar.
Los chicos afrontarán un sistema poco ortodoxo de enseñanza, en el que deberán trabajar en sus casas con una serie de cuadernillos que les entregarán los docentes.
Una vez por semana dichos cuadernillos serán regresados a los maestros para que los corrijan y hagan una devolución. En principio no se sabe por cuánto tiempo. Los autoconvocados anunciaron que la medida es por tiempo indeterminado.
La dubitativa que afrontan las autoridades escolares es si seguir dando clases bajo riesgo o parar y esperar a que algo cambie. Obviamente, en ambos casos salen perdiendo los estudiantes.
La Provincia comenzará este lunes a controlar con cuadrillas de gasistas las escuelas del distrito. En cuánto tiempo podrán chequear todos los establecimientos, es totalmente incierto.
Esta nueva metodología que afrontarán los 115 mil alumnos que van a las escuelas de Moreno es obra de una decisión docente, aunque le ahorró a María Eugenia Vidal el costo político de tener que tomarla ella.