El casero de la sede central del Registro Civil, ubicado en Uruguay al 700 fue sacado de su cargo luego que la Procuración General de la Ciudad y la Justicia porteña, rechazaran su medida cautelar, por encontrarlo culpable de colocar una cámara filmadora en el baño de mujeres de la dependencia.
El hecho ocurrió en junio y fue descubierto por una de las empleadas del lugar, quien percibió un parpadeo azul, que se escapaba por un agujero en el techo del baño de mujeres. Al comentarle lo sucedido a una de sus compañeras de trabajo, ambas descubrieron una mini videocámara y grabadora de voz con una tarjeta SD de 2 Gigas.
Detrás del acoso estaba Adrián Alberto Gargiulo, el casero del Registro Civil. Un hombre que había heredado el puesto de su padre, quien, a su vez, había llegado a ese rol en reemplazo de un casero histórico, con más de 30 años en la sede. Gargiulo vivía en el Registro Civil junto a su madre.
La entonces directora del Registro Civil, Ana Lavaque, pidió la grabación de una cámara de seguridad oficial que tenía en su campo de observación la puerta del baño de mujeres. Ahí, ese mismo día, antes de que aparecieran las empleadas que dieron con él, se lo ve a Gargiulo saliendo, vestido del mismo modo que aquella figura retratada por la cámara oculta
Sin embargo, el acusado siempre lo negó. En la declaración indagatoria dijo que "no se consideraba culpable porque no puso la cámara filmadora en el baño". Aun cuando la Procuración General de la Ciudad dijo que estaba acreditada con certeza su acción, siguió insistiendo con su inocencia. Por eso, pidió a la Justicia porteña la suspensión de la cesantía, la vuelta a sus funciones y el pago de una indemnización. El 23 de noviembre la Sala I en lo Contencioso Administrativo y Tributario rechazó la medida cautelar. El fallo se conoció la semana pasada.