Los efectos de la cuarentena comienzan a hacerse sentir con fuerza en algunos sectores del comercio de Bahía Blanca. El rubro gastronómico sufrió el impacto. A puertas cerradas, con casi nula actividad, sin ayudas y lejos de tener una certeza sobre la reanudación de sus actividades, dos locales anunciaron su cierre.
El que hizo el anuncio en primer término fue Águila que venía trabajando a máxima capacidad antes del aislamiento social preventivo y obligatorio.
Ubicado en la esquina de Rodríguez y Urquiza el local a fines de 2019 fue premiado por su excelencia en el servicio y su última noche abierto, el sábado 14 de marzo pasado, había reunido 114 comensales.
Sin embargo ante este escenario anunciaron que no van a volver a abrir las puertas. Néstor Scarano es el dueño del local, ahora todos los esfuerzos se volcarán a su otro local gastronómico, Águila Roja, ubicado a pocos metros, sobre Rodríguez.
"Fue una medida muy pensada. No me dominaron los nervios ni la tensión del momento. Me basé en los números fríos, que me indican que así no se puede seguir", contó el dueño a La Brújula 24.
"No tengo ganas de pelear una situación que llevará mucho tiempo para poder revertirse", explicó Scarano, a la vez que aseguró que varios de los empleados del lugar serán absorbidos por el otro local.
El otro local clásico de la gastronomía bahiense que baja persianas es Santino, restaurant que ya venía sufriendo algunos golpes a partir del auge de las cervecerías y que no podrá reponerse tras el impacto de la cuarentena.
Luego de 22 años de cocina tradicional y sin la posibilidad de trabajar con normalidad, los propietarios indicaron que decidieron cerrar las puertas ante la adversidad de la situación actual.