El viceministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, se posiciona como el principal candidato para convertirse en Secretario de Acceso a la Salud, segundo puesto de importancia en el Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Carla Vizzotti desde el sábado, tras la salida de Ginés González García, separado del puesto por el escándalo de la vacunación VIP.
Kreplak, viceministro de Gollán en PBA, es la opción principal del kirchnerismo duro, y para el albertismo un postulante más, el primero en llegar a la mesa donde se discutirá la sucesión, indicó Infobae.
Mientras, desde el Gobierno de Axel Kicillof descartan que Kreplak pase a Nación. “El equipo de Provincia de Buenos Aires no se toca”, dijeron desde La Plata. Además, según el mismo medio, ningún integrante del Gobierno Nacional se comunicó aún con el viceministro provincial con ninguna propuesta.
Según trascendidos, de sumarse al equipo nacional, Kreplak tendría luz verde para avanzar con una reforma del sistema de salud, un proyecto que elaboró en 2019 la Fundación Soberanía Sanitaria, que él mismo encabezaba.
Por entonces, el proyecto encendió las alarmas de los dirigentes de la CGT, entre otros, quienes consideraron que podría perjudicar a las obras sociales. Según circuló en ese ámbito, el documento contenía “más enunciados de buena voluntad que medidas concretas” y contemplaba por ejemplo, la “creación del Sistema Nacional Integrado de Salud Argentino (SNISA)”, al que definieron como “un sistema mixto con centralidad en el subsector público, de carácter federal, pero fortalecido y articulado en una red nacional, con municipios crecientemente involucrados en la construcción de un primer nivel con capacidad resolutiva”.
En esa dirección, prevé que se deberá “consolidar un marco normativo a través de una Ley Nacional de Salud y -en la medida que sea posible- contar con una Nueva Constitución, incorporando a ella la salud como derecho humano y el SNISA como estructura nacional que comprenda a todas las jurisdicciones y subsectores”. Es decir, admite que para aplicar esas modificaciones habría que avanzar primero con una reforma constitucional porque, de lo contrario, será imposible obligar a las provincias a resignar su autonomía para subordinarse a un sistema “que comprenda a todas las jurisdicciones”.