Matías Ezequiel Martínez, policía de la Bonaerense detenido por el femicidio de Úrsula Bahillo en la ciudad de Rojas, provincia de Buenos Aires, se negó a declarar este viernes ante la Justicia y quedó alojado en el penal de Junín, según informaron fuentes judiciales.
La indagatoria se llevó a cabo esta mañana, desde las 8.30, en la ciudad de Chacabuco, donde Martínez hizo uso de su derecho y no prestó declaración ante el fiscal Sergio Terrón, quien le imputa el delito de “femicidio agravado por premeditación y alevosía”.
“El encartado, que contó con la asistencia de Defensor Oficial, hizo uso del derecho de abstenerse de declarar”, informó la Fiscalía General de Junín en un comunicado.
La Fiscalía también reveló que “se dispuso el alojamiento de Martínez en una Unidad Penitenciaria de la ciudad de Junín”.
Femicidio de Úrsula Bahillo en Rojas
Úrsula fue hallada este lunes cerca de las 20.30 asesinada a puñaladas entre unos pastizales en un campo ubicado a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros de Rojas, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, y, en ese mismo lugar, la policía apresó a Martínez, quien se habría auto provocado las lesiones que presentaba.
A través de cámaras de seguridad, los investigadores establecieron que la joven había dejado su moto en la puerta de un quiosco al que ingresó y que, al salir, lo hizo caminando, tras lo cual aún no pudo determinarse el rumbo que tomó y en qué circunstancias fue abordada por el policía, quien esa noche se desplazaba en su auto, un Peugeot 307.
El femicidio fue descubierto tras un alerta al 911 de un tío del propio imputado, quien refirió que creía que su sobrino había matado a una joven porque éste le confesó en un llamado que “se había mandado una cagada”.
Al llegar al lugar, la Policía encontró a la chica asesinada y al agresor malherido, ya que después del crimen se clavó el arma homicida en el abdomen, adentro de su auto.
Martínez intentó escapar a pie por los pastizales, pero fue reducido y quedó apresado.
La autopsia determinó que la joven fue asesinada de 15 puñaladas en la espalda, el torso y el cuello con un cuchillo de carnicería hallado en la escena del crimen.
Úrsula había denunciado en varias oportunidades a Martínez por amenazas y violencia de género e incluso el policía tenía una medida de restricción perimetral, que había violado dos días antes del crimen.
Además de la denuncias en su contra por parte de Úrsula, el oficial tenía tres sumarios en curso en Asuntos Internos, uno de ellos por amenazar a una superior diciéndole: “Si me trasladan, tiro una bomba”.
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