Un estudio de la Universidad de Australia del Sur (UniSa) reveló que el alto consumo de café puede asociarse con la formación de volúmenes cerebrales más pequeños y que además podría generar un riesgo de desarrollar demencia.
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Para alcanzar su descubrimiento, los científicos pusieron a prueba los efectos de la bebida con 398.646 participantes de entre 37 a 73 años, provistos por el Biobanco del Reino Unido. De ese grupo, 17.702 personas contaban con la información de resonancias magnéticas que se habían realizado, por lo que los investigadores también tenían imágenes detalladas de los órganos de los evaluados para analizar.
Luego de una serie de estudios meticulosos, los profesionales llegaron a la conclusión de que aquellos que toman más de seis tazas de café por día tienen más del 53% de probabilidades de desarrollar demencia, en contraste con quienes consumen una o dos tazas diarias.
Además, afirmaron que la ingesta en grandes cantidades de la infusión se asocia con volúmenes cerebrales más pequeños y podría aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares.
La directora del Centro Australiano de Salud de Precisión de UniSA y líder de la investigación, Elina Hyppönen, explicó que con el informe presentado no se busca impulsar una “eliminación” del café de la dieta diaria, sino de encontrar una medida apropiada que no afecte a la salud ni la ponga en riesgo. “La moderación es la clave”, aclaró.
Por último, la experta hizo énfasis en mantener hábitos saludables para poder conservar la tradición de tomar café, que es fundamental en muchas culturas alrededor del mundo.
“Junto con otra evidencia genética y un ensayo controlado aleatorio, estos datos sugieren fuertemente que un alto consumo de café puede afectar negativamente la salud del cerebro. Si bien se desconocen los mecanismos exactos, una cosa simple que podemos hacer es mantenernos hidratados y recordar beber un poco de agua junto con esa taza de café”, sostuvo Hyppönen.