Lázaro Báez sostuvo este miércoles que hubo una “persecución sistemática del poder político, la prensa y gran parte del Poder Judicial” hacia su persona, que derivó en la destrucción de sus empresas por “acompañar a un hombre que ha sido grande”, en alusión al fallecido expresidente Néstor Kirchner.
“Llevo cinco años preso sin poder conocer a mis nietos, sin poder estar cerca de mis hijos, sin poder poner en marcha lo que fue un sueño para mi Santa Cruz y tratar de acompañar a un hombre que ha sido grande como es Néstor”, dijo Báez.
El juicio entró en la etapa de últimas palabras de todos los acusados, que se extenderán por dos jornadas más durante febrero y luego habrá veredicto.
“En forma humillante tuve que ver cómo mis empresas fueron destruidas, miles de trabajadores de mi provincia se quedaron sin pan, casa ni trabajo por esta persecución”, agregó el empresario al hablar ante los jueces de manera remota y desde el lugar en el que desde septiembre último permanece en prisión domiciliaria.
El dueño de Austral Construcciones refirió que lleva “siete años intentando demostrar inocencia”.
“Mis abogados han probado que yo y sobre todo mis hijos e hijas somos inocentes”, afirmó y aludió a “siete años” en los que vio a sus allegados “víctimas de una persecución”.
“Vi durante siete años cómo mi familia, hijos, compañeros fueron víctimas de una persecución sistemática del poder político, la prensa, gran parte del Poder Judicial”, señaló.
“Somos inocentes, todas las mentiras que se dijeron, merecemos conocer la realidad”, agregó el empresario procesado por presuntas maniobras de lavado de dinero calculadas en 55 millones de dólares.
Báez se quejó de su prisión preventiva desde hace cinco años, recordó la muerte de su madre a la que no pudo despedir y mencionó que no puede ver a sus nietos e hijos.
“He sufrido lo suficiente ese dolor por un delito que no cometí y mucho menos pueden haber cometido mis hijas ni mis hijos”, dijo también.
En relación a sus cuatro hijos juzgados junto con él, reiteró que “no tomaron jamás ninguna decisión ni tuvieron conocimiento siquiera de las que yo pueda haber tomado”
“Que nuestros hijos e hijas sufran por las ideas políticas y decisiones políticas de sus padres es algo a lo que los argentinos dijimos nunca más hace ya 25 años”, agregó.
Báez tiene un pedido de 12 años de prisión por parte del fiscal de juicio, Abel Córdoba.
La audiencia del juicio previa a la feria judicial de enero comenzó con las últimas palabras de otro de los acusados, el arrepentido Leonardo Fariña.
“No pedí nunca por mi libertad, no negocié nada previamente”, sostuvo al desmentir que sus dichos como imputado colaborador hayan sido “guionados” en 2016 en la causa que estuvo a cargo del juez federal Sebastián Casanello.
Fariña admitió que tuvo “conductas reprochables” y pidió “perdón a la sociedad”.
“Me maree tanto que elegí dejar de lado de una manera muy equivocada a mi familia y amigos”, agregó.
Sobre su pasado, atribuyó a “su complejo de inferioridad” y su necesidad de buscar el “reconocimiento de cualquier manera” los delitos que admitió haber cometido.
“Cuando me toca verme en algún medio público como yo aparecía en televisión, me avergüenza, cometí gravísimos errores, me avergüenza mucho ver cómo yo expuse mi vida personal”, dijo.
El juicio se retomará el 3 de febrero del año próximo con las últimas palabras de Martín Báez, único detenido en cárcel común en esta causa, y otros acusados.
El hijo mayor de Lázaro Báez debía hablar ante los jueces en esta jornada, pero no se conectó por videoconferencia desde la cárcel de Ezeiza por razones anímicas y su defensa pidió postergar el trámite.
Por otro lado, las defensas de Leandro, Melina y Luciana Báez anticiparon al Tribunal que no harán uso de su derecho a decir últimas palabras.