Mientras la economía se recupera lentamente, el resto de los indicadores no muestran datos alentadores: la pobreza alcanzó al 42% de los argentinos, la inflación continúa en ascenso y el desempleo llegó al 11%, afectando especialmente a los jóvenes.
Con todo, el Indec destacó que la actividad económica se encuentra un 1,3% debajo de los niveles previos a la llegada del coronavirus, en febrero de 2020 antes del aislamiento obligatorio, pero la recuperación es dispar. Según estimaciones de LCG, el rubro “Hoteles y Restaurantes” sigue un 39% por abajo del nivel previo a la cuarentena. A ellos se suman “Transporte y Comunicaciones”, “Servicios personales y comunitarios” y “Pesca”, que operan un 15% debajo de aquel nivel.
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Pese a las advertencias de las autoridades, los economistas descartan una vuelta a “Fase 1″, dado que la economía no podría resistir otro golpe similar al de 2020. No obstante, sí anticipan algunas limitaciones a la circulación y actividades concretas. Esos límites, aunque menores, tampoco serán gratis para la economía, de acuerdo a un estudio de Consultatio.
La inyección de dinero, la inflación y la multiplicidad de tipos de cambio ponen un límite. Después de haber monetizado casi 7 puntos del déficit fiscal en 2020, con una inflación mensual que casi se triplicó desde mayo 2020 y con una brecha que está estabilizada en niveles de 60%-65%, un cierre de la economía podría resultar desestabilizante.
El impacto en la actividad podría no ser dramático, pero sí costar entre 0,5 y 1,5 puntos de crecimiento para este año. No todos los sectores económicos enfrentan el mismo riesgo respecto de la aplicación de medidas de aislamiento.
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En esa línea, el informe indicó que el menor crecimiento generaría una disminución en los ingresos tributarios y, a la vez, podría aumentar el gasto social por encima de lo proyectado, debido a los eventuales programas de ayuda ante nuevos cierres.
Así, el déficit primario llegaría a 4,1% y sería financiado en buena parte con más emisión monetaria que, a la vez, podría derivar en mayores presiones sobre la brecha cambiaria porque los pesos excedentes en la economía buscarán refugio en el dólar.