La Junta Nacional de Relaciones Laborales de Estados Unidos (NLRB, por sus siglas en inglés) presentó una queja formal contra Google por espiar a empleados antes de despedirlos, acción que viola las leyes laborales norteamericanas. Se trata de los empleados Laurence Berland y Kathryn Spires, quienes fueron despedidos a fines de 2019. Ellos se habían involucrado en la organización de protestas contra entonces quien era su empleador.
Las protestas fueron realizadas por la decisión de Google de trabajar con IRI Consultants, una compañía se manifiestas acciones antisindicales. Si bien varios empleados de Google fueron apartados de sus puestos luego de las protestas, la agencia mencionada encontró que solamente los despidos de Berland y Spiers violaron las leyes laborales estadounidenses.
“La contratación de IRI por parte de Google es una declaración inequívoca de que la gerencia ya no toleraría la organización de los trabajadores”, señaló Berland en un comunicado. “La gerencia y sus ‘amigos’ que atacan a los sindicatos querían enviar ese mensaje, y la NLRB ahora está enviando el suyo: la organización de los trabajadores está protegida por la ley”, añadió.
Just over a year ago, Google fired me, falsely claiming I violated data access policies, even though the documents and calendars in question were accessible by any employee. My coworkers and friends knew it was bullshit, and that’s what matters most. 1/
— Laurence stands with you. (@laurenceb) December 2, 2020
“Esta queja deja en claro que los trabajadores tienen derecho a hablar sobre cuestiones de ética empresarial y la composición de la dirección (...) Es un hallazgo significativo en un momento en el que vemos el poder de un puñado de multimillonarios de la tecnología consolidar el control sobre nuestras vidas y nuestra sociedad”, expresó Berland, que integró el staff de ingenieros de Google por una década.
Por su parte, Spires, una ingeniera que trabajó dos años en la compañía, dijo que la denuncia en su nombre de la NLRB se basa en que su despido fue ilegal y que solamente intentó ayudar a sus compañeros. “Colegas y extraños creen que abusé de mi posición (en la empresa) debido a las mentiras que dijo la gerencia de la firma mientras tomaban represalias contra mí. La Junta puede ordenar a Google que me restituya, pero no puede revertir el daño causado a mi credibilidad”, relató.
Si la compañía con sede central en Mountain View, California, opta por no llegar a un acuerdo, la demanda será dirigida a un juez administrativo en los próximos meses, según informe The New York Times. Si pierde el caso, Google podría verse en la obligación de pagar los salarios atrasados tanto a Berland como a Spires y volver a contratarlos.
La respuesta de Google
Ante el conflicto, la respuesta de Google no tardo en llegar: “Nos enorgullece (nuestra) cultura y estamos comprometidos a defenderla contra los intentos de las personas de socavarla deliberadamente, incluso violando las políticas de seguridad y los sistemas internos”, comentó un vocero de Google en declaraciones al sitio The Verge.
“Continuaremos brindando información a la NLRB y al juez administrativo sobre nuestra decisión de despedir o disciplinar a los empleados que abusaron de su acceso privilegiado a los sistemas internos, como nuestras herramientas de seguridad o los calendarios de nuestros colegas. Tales acciones son una violación grave de nuestras políticas”, añadió.