Cuando la situación de impagos de la empresa china Evergrande empeoró este lunes, las bolsas de todo el mundo respondieron con bajas en las acciones y se temía que el efecto dominó continuara. Sin embargo, este miércoles anunciaron un acuerdo con un acreedor local para pagar un bono clave y evitar momentáneamente la quiebra, lo que llevó tranquilidad a los mercados.
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El gigante chino aseguró haber negociado un plan para pagar los intereses de un bono valuados en unos 35,9 millones de dólares que vencían este jueves y de cuyo reembolso muchos dudaban.
Fundado en los años 1990, Evergrande vivió un crecimiento frenético nutrido por un fuerte endeudamiento que ahora supera los 300.000 millones de dólares.
La semana pasada, el grupo admitió estar “bajo tremenda presión” y reconoció la posibilidad de que no pudiera hacer frente a sus obligaciones.
La situación de Evergrande, con unas 1,4 millones de viviendas en construcción por entregar, generó protestas de clientes, proveedores e inversores con miedo a perder su dinero. Su presidente y fundador, Xu Jiayin, dijo a su plantilla esta semana que el grupo “podrá salir pronto de su momento más oscuro”.