El Gobierno ayudará a las empresas privadas a pagar salarios al menos hasta abril, para que el rebote de la economía tras la caída de este año no solo se sostenga sino que también pueda tener mejores chances de acelerar.
Hay algunos indicadores que preocupan en los despachos oficiales, como por ejemplo los casos de aquellos rubros que venían en franca recuperación desde abril y en octubre volvieron a mostrar menor actividad que la esperada y que el mes anterior. Ahora se aguardan los datos de noviembre para considerar si se trata de un traspié o del inicio de una tendencia.
Algunos de los rubros que se resintieron son muy sensibles para el empleo privado asalariado. El comercio; industria manufacturera y, en menor medida, la producción de energía eléctrica y gas y la pesca.
La Argentina cerrará este año con casi 22.000 empresas menos que en 2019. Y con una plantilla de empleados y contratados declarados ante la AFIP que marcará en torno a 350.000 bajas.
Datos del Indec permiten concluir que entre abril y junio hubo una acelerada destrucción de puestos de trabajo: 3,7 millones de personas que en 2019 tenían empleo formal o informal, independiente o en relación de dependencia, dejaron de tenerlo.
Un estudio del Centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD) de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) dijo que la mitad de esos empleos destruidos se recuperaron en el tercer trimestre, principalmente los del sector informal (las changas).
En 2020, por la pandemia y el confinamiento, el Gobierno acudió a cinco herramientas para cuidar intentar contener el impacto de la recesión en el empleo, por lo que transfirió recursos a las empresas privadas como nunca antes en el país.
Si bien en un principio se proyectó ayudar sólo a las pymes, la caída de actividad transversal hizo que la asistencia tuviera que llegar a todo tipo de compañías. Incluso a monotributistas y autónomos.
Se pagaron asignaciones compensatorias del salario; hubo Créditos a tasa cero; créditos a tasa subsidiada convertible; reintegro de los créditos a tasa subsidiada convertible; y prestaciones por desempleo.
En diciembre el Estado abonó a través de la Anses la última tanda de Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) para el pago de los salarios en los denominados “rubros críticos”.
El paquete Covid-19 de asistencia a unas 400.000 empresas (el 76% del total de compañías que hay en el país) demandó un gasto de 850.000 millones de pesos entre abril y diciembre, equivalente a casi 3 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Ahora, el Gobierno apuesta al Programa de Recuperación Productiva (Repro) II para ayudar a las empresas, con dos pagos mensuales consecutivos de 9.000 pesos cada uno por trabajador. En comparación con el ATP, la erogación por empleado es de un tercio.
Cecilia Todesca Bocco, vicejefa de Gabinete nacional, asegura que el Gobierno tiene decidido mantener la asistencia por varios meses más para evitar que más empresas se compliquen. Ya está en marcha el Repro II para enero y febrero.
“Y si es necesario, habrá Repro II también durante marzo y abril, porque la idea es no soltar la mano a los empresarios y, junto con ellos, a los trabajadores”, dijo la funcionaria tras la última reunión de Gabinete económico.
Como se espera un incremento en la demanda, el Gobierno modificó partidas del presupuesto nacional el jueves e incrementó en 1.000 millones de pesos las partidas para el programa Repro II, a través de la decisión administrativa 2239/2020.
Según los últimos datos oficiales disponibles, en noviembre accedieron al Repro 2.453 empresas, con una nómina salarial de más de 83.882 trabajadores, lo que significó una inversión por parte del Estado de 751 millones de pesos.
Por la Corresponsalía de Buenos Aires