El 26 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino. Sin embargo, es importante que cada día recordemos, tal como lo indica su nombre, la importancia de una palabra muy sencilla que nos puede salvar: prevenir.
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“El cáncer de cuello de útero es la segunda causa de muerte por cáncer en las mujeres”, afirma Vilma Rosciszewski (MN 86546), ginecóloga infantojuvenil, en diálogo con Vía País. Y agrega: “En 2020 se detectaron cinco mil casos nuevos de este tipo de cáncer”.
Por este motivo, recalca cuán relevante es acudir al médico para hacer los controles anuales. “Prevenir es salud. Por eso, ir a la ginecóloga involucra mucho”, indica.
Cabe destacar que para esta enfermedad, existe la vacuna contra el VPH o también llamada vacuna del papiloma humano.
En este sentido, Rosciszewski asegura: “Es gratis en todo el país y figura en el calendario de vacunación a partir de los 11 años. Es muy importante el conocimiento de la vacunación porque es el primer contacto para la prevención”.
“La prueba del Papanicolau y la colposcopía son nuestras segundas herramientas”, explica la profesional de la salud.
Y detalla: “El útero se compone del cuerpo y del cuello. En el Papanicolau se toman las células que se descaman a través del cuello del útero. Por su parte, la colposcopía sirve para evidenciar si existe alguna anomalía en el cuello”.
Aunque para el cuerpo del útero no hay estudios de prevención específicos, sí existen ciertos aspectos a los que se deben prestar suma atención. “Sí podemos saber cómo son los ciclos de la mujer”, agrega.
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Y sostiene: “No prevenimos pero podemos estar más atentos con una ecografía o prestando atención a los síntomas que pueda tener la mujer”.
La edad es un factor relevante a tener en cuenta. “Si una mujer llega a la menopausia, que significa la última menstruación, y luego vuelve a sangrar, ahí tenemos que estar atentos y hacer estudios”, añade Vilma, quien también es embajadora de Gynoderm, que lanzó la campaña “Hablemos Libres” para que las mujeres se animen a debatir temas que, anteriormente, fueron “tabú”.
Y cierra: “Lo más importante es la prevención: llegar a tiempo. El cáncer de cuello uterino se puede prevenir. A través de los estudios, se pueden detectar lesiones precursoras para que no se transforme en cáncer”.