El distrito porteño es la cocina de los proyectos presidenciales no peronistas exitosos electoralmente. Desde la Capital Federal, el radical Fernando de la Rúa llegó en 1999 a la Presidencia después de haber sido jefe de Gobierno (entre el ’96 y el ’99); Mauricio Macri gobernó la CABA desde 2007 hasta 2015, como paso previo a la Casa Rosada. El actual jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta tiene su presidencial para 2023. A tal fin, busca que dar un golpe de autoridad en la legislativas nacionales con la lista de diputados nacionales de Juntos por el Cambio, en un distrito esquivo al peronismo/kirchnerismo.
Las elecciones intermedias pasadas asoman como un antecedente promisorio para Juntos por el Cambio en la Capital Federal, a diferencia de buena parte del territorio nacional. Distintos sondeos coinciden en observar la fidelidad del electorado local. La cabeza de la lista a diputados nacionales es el portal hacia proyectos más ambiciosos que el Congreso nacional.
Patricia Bullrich conoce el terreno. Fue legisladora porteña en los primeros años de este siglo, cuando sus posiciones eran críticas tanto con el progresismo encarnado por el ex jefe de gobierno Aníbal Ibarra como con el principal opositor en aquel tiempo, Macri y su partido, Compromiso por el Cambio, ya en ese entonces nutrido con patrullas rebeldes del peronismo y la UCR. Exministra de De la Rúa y después del gobierno de Cambiemos, Bullrich cajoneó su partido Unión por Todos, para pasar a ejercer ahora la presidencia del PRO. Su discurso de orden y mano dura (actualmente está de gira nacional con su libro “Guerra sin Cuartel”), cubre las expectativas de parte del electorado macrista. Su intención es regresar a la Cámara Baja, desde donde supo ser una encarnizada opositora a los gobiernos de Cristina Fernández.
Si bien durante este verano fue noticias por las fotos junto a su pareja, el periodista Enrique Sacco, crecen las versiones sobre el retorno de María Eugenia Vidal al distrito que la vio nacer en la política. Los cuatro años anteriores a ser electa gobernadora de Buenos Aires, Vidal fue vicejefa de gobierno porteño de Macri. Es una incógnita si el nuevo salto distrital, aliviará las heridas provocadas por los veinte puntos de ventaja que le sacó Axel Kicillof en la contienda bonaerense de 2019. La sombra de una gestión cuanto menos opaca suele ser mencionada -por lo bajo- filas adentro.
El radicalismo porteño conducido por el inoxidable Enrique “Coti” Nosiglia aspira a colocar al senador Martín Lousteau en la jefatura porteña en 2023, a la vez que busca diferenciarse del macrismo. El diputado radical Suarez Lastra dijo hace poco: “no me hago cargo de la gestión de Macri”.
En 2015, Lousteau, aliado al Partido Socialista en UNEN, le peleó la jefatura de Gobierno a Rodríguez Larreta en un ajustado ballotage. No está muy claro con qué figuras el radicalismo pugnará por los lugares premium de la lista a diputados nacionales. Mientras tanto, Lousteau agijonea. “Macri aporta desde el legado más que desde el presente o el futuro”, opinó, frase que le valió duras críticas del radical-macrista Hernán Lombardi y del diputado Fernando Iglesias (“Guiensó”, le escribió en un meme con la imagen del expresidente).
“¿Macri candidato? Mmmm…”, fue la respuesta de un funcionario larretista a la pregunta de este diario. De inmediato soltó el nombre de quien Rodríguez Larreta deposita su confianza para sucederlo en 2023, acaso con escala en las legislativas: su jefe de gabinete, Felipe Miguel, el funcionario que maneja los hilos más sensibles de la gestión.
Elisa Carrió deja un hueco en la ciudad que la supo abrigar. La jefa de la Coalición Cívica dejó su banca de diputada hace un año, renunció a la política, pero lo pensé mejor y regresó para emprender la aventura de competir en la provincia de Buenos Aires. Igual desafío bonaerense tomó el actual vicejefe de Gobierno porteño, el peronista Diego Santilli.
El PRO y sus otros socios en Juntos por el Cambio por ahora no acuerdan con la idea de suspender las PASO. A futuro están dispuestos a discutir la eliminación de fondo de las primarias obligatorios, pero entienden que para esta elección no deben cambiarse las reglas de juego. Ven en las PASO un “ordenador razonable” de la boleta a diputados. Algo de esto hablaron en un café porteño el titular de la UCR nacional, Alfredo Cornejo, con su par del PRO, Patricia Bullrich. El desafío es evitar el fuego amigo de una disputa interna que se vislumbra áspera.
Vienen meses de posicionamiento en Juntos por el Cambio para completar la grilla de largada en el distrito más rico del país, la gran plataforma hacia objetivos mayores.
