Arsenal, último en la Zona 1 sin puntos y con seis derrotas consecutivas en su haber, recibió al penúltimo, el recién ascendido Platense, en Sarandí, donde la noche lluviosa fue el marco exacto para un pobre empate sin goles que reflejó claramente las realidades de ambos equipos al cabo de seis jornadas de la Copa de la Liga Profesional.
La paridad le sirvió a los dirigidos por Sergio Rondina (ya presentó la renuncia una vez y le fue rechazada) para al menos cosechar su primera unidad en el certamen, luego de las cinco derrotas anteriores a las que le sumaron otra por Copa Argentina.
En tanto que a Platense este punto le alcanzó para emparejar en el penúltimo peldaño de su grupo a San Lorenzo, ambos ahora con cinco unidades, lo que significa que tienen menos puntos que partidos jugados.
Rondina metió un poco de mano en el equipo y el primero que pagó los platos rotos para este partido fue el experimentado arquero Nicolás Navarro, que el próximo jueves cumplirá 36 años, y en su lugar ingresó otro guardavallas también de vasta experiencia, pero en el ascenso, como Alejandro Medina, de 34.
En ese aspecto acertó el “Huevo”, ya que el calvo y barbado arquero fue la figura de su equipo y por qué no de la cancha, ya que por contraste lo mejor del “Calamar” fue un delantero de no menos experiencia como Facundo Curuchet, el ex-Colón, de Santa Fe, de 31 años.
Pero en ese duelo el ganador fue finalmente el arquero de último paso por Quilmes, que hoy debutó en primera división, aunque si este partido de fútbol hubiese sido un match de boxeo, por puntos se lo hubiesen llevado los conducidos por Juan Manuel Llop.
Pero como esto es fútbol y no boxeo, que ambos hayan terminado con el marcador en blanco no es casualidad, aunque para el volante local Jesús Soraire, haber empezado mínimamente a sumar “y con el arco vacío”, fue algo “muy necesario, porque después de haberse acostumbrado a cosas buenas en el torneo anterior, perder ahora tan seguido descoloca un poco”.