2020, sin dudas, fue un año atípico en el que hasta los festejos por su despedida fueron insólitos. Por ejemplo, a diferencia de lo ocurrido durante el último siglo, Nueva York marcó la llegada del año nuevo con un Times Square prácticamente vacío, en la que sólo un puñado de trabajadores esenciales y agentes de seguridad desplegados en la zona pudieron ser testigos del descenso de la icónica y enorme bola.
Los neoyorquinos hicieron caso a las indicaciones de la Policía de Nueva York, que un día antes había insistido en que el público general no debía ni podía acudir a Times Square para celebrar las últimas horas de 2020 y las primeras de 2021.
“El año que viene nos reuniremos y llenaremos Times Square. (...) Pero este año, ni siquiera intenten venir a verlo”, pidió Terence Monahan, el jefe de Departamento de la Policía de Nueva York, en una rueda de prensa celebrada el miércoles.
Sin embargo, Nueva York quiso honrar a los trabajadores esenciales permitiendo que unas cuatro decenas de ellos, acompañados por sus seres queridos, vivieran en directo el momento desde pequeños espacios vallados establecidos en Times Square.
Entre los afortunados estuvieron un pediatra del hospital de Elmhurst, uno de los más afectados cuando la ciudad se convirtió en el epicentro de la pandemia en la primavera; un técnico de ambulancia y un repartidor de pizzas que se enfermó de coronavirus.
Las celebraciones de Nochevieja comenzaron en Times Square a las 18 hora local, e incluyeron dos himnos que hacían referencia al duro año vivido en todo el mundo: “I Will Survive” (Sobreviviré), que cantó Gloria Gaynor, mientras que Andra Day interpretó el “Imagine” de John Lennon cinco minutos antes de la medianoche, como se ha hecho durante años.
También se subieron al escenario neoyorquino Pitbull, que interpretó “Don’t Stop the Party”, “I Believe That We Will Win” y “Give Me Everything”, y Anitta, que cantó “Downtown”, “Me gusta” y “Vai Malandra”. Tampoco faltó el “New York, New York” de Frank Sinatra en los primeros segundos de 2021, acompañado de fuegos artificiales.
Normalmente, cientos de miles de personas asisten a la multitudinaria fiesta de fin de año en Times Square, a la que, pese al frío neoyorquino, viajan personas de todo el mundo para presenciar el evento. Los festejos en esa plaza se celebran desde hace 112 años, mientras que el descenso de la esfera, que este año ha sido bautizada con el nombre de “The gift of happiness” (El regalo de la felicidad), se ha convertido en todo un icono.
Una celebración con historia
Fueron los dueños del periódico The New York Times quienes en 1904 comenzaron a celebrar la entrada del año en la azotea de su edificio, situado en Times Square, y en 1907 empezaron a utilizar una esfera iluminada para marcar el cambio de año.
La celebración de Nochevieja de Times Square se remonta a 1904, cuando el entonces editor del periódico The New York Times, Adolph Ochs, quiso organizar por la Nochevieja de ese año un espectáculo de fuegos artificiales en la azotea de la flamante sede del diario para marcar el traslado del medio a sus nuevas oficinas, previsto para un día después. Sin embargo, no sería hasta tres años después cuando hizo su aparición la mítica bola, que entonces pesaba 317 kilogramos, tenía un diámetro de metro y medio y contaba con un centenar de bombillas blancas adosadas.
Más de un siglo más tarde, y después de haber faltado sólo en 1942 y 1943 como consecuencia de la II Guerra Mundial, la bola está compuesta por 2.668 triángulos de cristal, iluminada por 32.256 bombillas led rojas, azules, verdes y blancas que forman una paleta de 16 millones de colores, y pesa 5.386 kilogramos.
Con información de EFE.