Por primera vez en la televisión se pudo escuchar el testimonio de Nahir Galarza, la joven oriunda de Gualeguaychú que fue condenada a prisión perpetua por el asesinato de su novio Fernando Pastorizzo. La encargada de entrevistarla fue Mariana Fabbiani, para su programa El Diario de Mariana (DDM). Del encuentro, que tuvo lugar en la cárcel de Paraná, donde se encuentra recluida la joven, participaron dos camarógrafos, dos productores y la reconocida conductora.
Después de que saliera al aire la entrevista, que se dividió en cuatro partes, Mariana recibió una ola de críticas y mensajes negativos. Lejos de hacer oídos sordos, la nieta de Mariano Mores salió a defenderse y aseguró que a ella, realmente, le interesaba conocer la historia de Nair.
"El objetivo siempre debe ser poder bucear en esa personalidad compleja, tratar de conocerla más, buscar la verdad y no juzgar. Porque en el caso de Nahir, ya hubo un juicio y hay una condena que está cumpliendo. Mi rol no es el de juzgar. Cada uno habrá sacado sus propias conclusiones al escucharla. Acá no está en discusión quién es la asesina y quién es la víctima; lo que uno se pregunta es qué es lo que hace que una chica, que llevaba una vida normal y sin sobresaltos, de repente haga una cosa así", aseguró la conductora.
A su vez, Mariana reveló sus sensaciones al entrar a la cárcel de Paraná. "Estar en un patio con pasto que hay en el medio de la cárcel, donde esperé para la entrevista. A ese lugar dan todos los pabellones y es adonde las internas salen dos horas al día. Allí me abstraje un poco y me pareció muy fuerte, me angustió, ya que la zona donde está la cárcel está muy urbanizada", le dijo la conductora a Teleshow, y continuó: "Comprobar cómo desde allí se escucha la moto que pasa, el nene que llora, la mujer que llama al marido, los chicos que juegan, los autos pasando; lo que sucede afuera, la vida que sigue allá, mientras ahí adentro el tiempo parece estar detenido".
Además, Mariana confesó que aún hoy le queda "esa sensación en el cuerpo". "Fue una entrevista difícil de llevar, intensa. Fue muy larga, duró dos horas, pasó por diferentes estados y retomamos varias veces los mismos temas. Íbamos evolucionando en la manera de conversar sobre el tema. Había en el ambiente un aire de tensión; la cárcel es un ámbito así", reveló. "Cuando entrás a una cárcel es difícil abstraerte de dónde estás, todo es bastante hostil, aunque en este lugar yo noté que había como un clima diferente al clima que por ejemplo conocí en la Cárcel de Ezeiza, que es donde alguna vez estuve haciendo entrevistas. Pero no deja de ser una cárcel", aclaró.
Para tratar de mantener tranquila a la entrevistada, Mariana y su producción montaron una estrategia. "Sólo estaban los dos camarógrafos, los productores y nosotras dos. Había mucha intimidad y se hicieron unos silencios muy fuertes que todos respetamos. Había tiempos muy distintos a los que uno está acostumbrado en un clima televisivo", detalló la conductora.
Además, contó que como todo salió bien viajó a Paraná y regresó el mismo día. "Nos contaban en el penal la cantidad de pedidos que había para esta nota; nosotros lo sabíamos", aseguró.
Asimismo, reconoció que "son entrevistas difíciles de digerir" y que más allá de hacer el intento de tomar distancia "uno sale movilizado, aunque así entra también". "Cuando te empezás a meter en la vida de la víctima, del asesino, uno empieza a involucrarse de alguna manera", concluyó.