El papa Francisco convocó a la Iglesia a "curar las graves heridas" que la pedofilia dejó "en pequeños y en creyentes", al abrir la cumbre anti-abusos que convocó en el Vaticano hasta el domingo.
"Pesa sobre nuestro encuentro la responsabilidad pastoral y eclesial que nos obliga a discutir juntos, de manera sinodal, sincera y profunda sobre cómo afrontar este mal que aflige a la Iglesia y a la humanidad", reclamó el Sumo Pontífice, que participará de todas las sesiones de trabajo durante los tres días y cerrará la cumbre con una misa el domingo 24.
"Frente a la plaga de los abusos sexuales perpetrados por hombres de Iglesia dañando a menores", convocó a los 190 participantes "para que todos juntos nos pongamos a escuchar al Espíritu Santo y con docilidad a su guía escuchemos el grito de los pequeños que piden Justicia".
De todos modos, el papa no hizo referencias en su discurso inaugural a la presencia en Roma de organizaciones de víctimas de abusos por parte de miembros del clero, en medio de la polémica por la negativa del Vaticano a encontrar a todos los grupos de sobrevivientes.
"El santo pueblo de Dios nos mira y espera de nosotros no simple y descontadas condenas, sino medidas concretas y eficaces para disponer", les advirtió el Papa a los 114 presidentes de conferencias episcopales, entre ellos el de la Argentina, monseñor Oscar Ojea, reunidos en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano.
En ese marco, Francisco convocó a los miembros del clero a "curar las graves heridas que el escándalo de la pedofilia ha causado en los pequeños y en los creyentes".
La reunión había iniciado con un video con testimonios de víctimas, que mostró el alcance global del problema y la crisis que enfrenta la Iglesia: fueron un hombre latinoamericano, una mujer africana, y otros tres hombres de Europa del Este, Asia y Estados Unidos.