El número de muertos por la rotura de una represa minera en la ciudad de Brumadinho, en el sudeste de Brasil, aumentó a 134, mientras que el de desaparecidos se redujo hasta los 199, informó este lunes la Defensa Civil.
Las labores de rescate de nuevas víctimas fueron retomadas casi en su totalidad luego de ser suspendidas durante las últimas horas debido a las intensas precipitaciones caídas en la región afectada por el desastre ocurrido el pasado 25 de enero.
La posibilidad de encontrar supervivientes es "mínima" y es posible incluso que algunos cuerpos no sean recuperados del mar de lodo que dejó a su paso la catástrofe, señaló el portavoz de los bomberos, el teniente Pedro Aihara, a los periodistas. No obstante, indicó que la búsqueda de nuevas víctimas debe continuar hasta que no sea más posible rescatarlos.
Las fuertes lluvias obligaron a las autoridades a retrasar este lunes las búsquedas ante el riesgo de que los residuos minerales que aún se encuentran en el dique de contención del gigante minero Vale llegaran hasta el área donde trabajan las brigadas de rescate. De hecho, en un punto cerca de la represa las operaciones continúan aún suspendidas porque la seguridad no está garantizada al cien por cien, según explicó el Cuerpo de Bomberos.
Construida en 1976, la represa tenía capacidad para almacenar cerca de 13 millones de metros cúbicos de residuos ferrosos y agua, que arrasaron con el área administrativa de Vale, casas, granjas y carreteras en pocos minutos y con una fuerza descomunal.
Los trabajos de rescate son complejos y se desarrollan de manera lenta debido a la complejidad del terreno tras la tragedia, ya que hay zonas en las que el lodo llega a los 20 metros de altura, en medio de la desesperación de los familiares de las víctimas por dar con el paradero de sus seres queridos.