Cambiemos gobierna cinco de los 24 distritos del país: la ciudad y la provincia de Buenos Aires, con el PRO, y Corrientes, Mendoza y Jujuy, en manos de los radicales, que para la Casa Rosada son naturalmente los díscolos y los más difíciles de persuadir.
Corrientes no elige gobernador este año. Por eso, con el anuncio de María Eugenia Vidal de no anticipar las elecciones bonaerenses y hacerlas el mismo día que las nacionales, decisión que también confirmó el porteño Horacio Rodríguez Larreta, el Gobierno ahora intenta convencer a Alfredo Cornejo y Gerardo Morales, ambos de la UCR, de que las unifiquen. Pero por ahora no hay respuesta.
En la Casa Rosada entienden que despegarse de la elección nacional en los distritos gobernados por el oficialismo es una señal de debilidad de Macri, en su afán de ser reelegido.
Además, confían en que una relativa estabilización de la economía en los próximos meses ofrezca una mejora en la intención de voto del líder del PRO, aprovechando la polarización con Cristina Kirchner y su pesada imagen negativa.
Con estos argumentos, esta semana la Rosada logró torcerle el brazo a Vidal y, al parecer, también a Larreta. Pero no a Cornejo y Morales.
Tanto el mendocino como el jujeño no quieren ir en la misma boleta de Macri, porque entienden que la decaída imagen del Presidente en las encuestas podría estropear el desempeño de los candidatos locales.
Morales directamente no quiere saber nada con unificar: fuentes del Gobierno jujeño dijeron a VíaPaís que para el mandatario provincial, que buscará su reelección, no tiene ningún sentido hacer coincidir las elecciones el domingo 27 de octubre, porque la provincia norteña representa tan solo el 1% del padrón nacional, de modo que no tendría gravitación alguna en la performance electoral de Macri, pero sí podría significar un daño importante para los postulantes locales.
"La mayoría de las elecciones anticipadas serán derrotas para Macri. Nosotros podemos llevarle un triunfo en medio de tantas malas noticias. Que el Presidente venga a levantarle la mano a un candidato de Cambiemos sería un aventón para la presidencial", dijo un colaborador de Morales.
Algunos estudios de opinión en Jujuy arrojan resultados lapidarios para la Casa Rosada: Macri aparece midiendo 12 puntos, contra números que permiten avizorar una cómoda reelección del gobernador radical.
En Mendoza, a su vez, Cornejo es considerado un buen administrador, pero a diferencia de Morales el cuyano no puede ser reelegido; competirá por una banca de diputado nacional.
Sin embargo, es el hombre fuerte de la tierra del sol y del buen vino, y también se rehúsa a unificar las elecciones.
En Mendoza, según algunas encuestas, Cornejo tiene un 60 por ciento de imagen positiva contra un 40 por ciento de la de Macri; pero la diferencia sustancial entre ambos radica la imagen negativa: la del gobernador es muy baja y la del Presidente está por las nubes.
A diferencia de Jujuy, donde la fecha de la elecciones provinciales la define el gobernador con un decreto, en Mendoza la ley establece que deben ser antes de las nacionales (las primarias, en junio, y las generales, en septiembre), aunque le otorga la facultad al Poder Ejecutivo de unificarlas con la nacional.
Cornejo está en una encrucijada: se enfrenta a la presión nacional de unificar y al reclamo de los intendentes, que quieren que los comicios provinciales sean anticipados, para no quedar pegados a Macri.
El gobernador tiene plazo hasta el 11 de marzo para dictar ese eventual decreto, pero podría tomar una determinación a mediados de este mes.