Al cumplir su primer año de vida, las Letras de Liquidez (Leliq) del Banco Central acumulan un stock superior a los 851 mil millones de pesos, y desde principios de octubre, cuando se puso en marcha la nueva política monetaria, ya pagaron intereses por un total de 104.353 millones de pesos.
La primera subasta de Leliq se realizó el 10 de enero de 2018, bajo la gestión de Federico Sturzenegger al frente del Central. El instrumento, que surgió como una alternativa para reemplazar algunas formas de pases pasivos de la autoridad monetaria, solamente puede ser adquirido por los bancos y sus vencimientos son a siete días.
Aunque en sus inicios resultó poco atractivo para el mercado, porque su rendimiento inicial del 27% anual quedaba opacado por las Lebac (ahora extintas), con la puesta en marcha de la nueva y agresiva política monetaria del BCRA se convirtieron en una de las puntas de lanza para dejar atrás la crisis.
A fines de septiembre, cuando Guido Sandleris tomó las riendas del Central, las Leliq se transformaron en una de las principales armas para tratar de poner fin a la debacle cambiaria: se utilizarían para el desarme de la denominada bomba de las Lebac (cuyos vencimientos mensuales sumaban enorme presión al dólar), para absorber pesos y secar la plaza, y para determinar la tasa de referencia.
La puesta en marcha del agresivo plan monetario se produjo el 1 de octubre, cuando se subastaron Leliq con una tasa de corte promedio que se ubicó en 67,17%. Y una semana más tarde, los rendimientos tocaron su máximo de 73,52%.
Así las Letras de Liquidez se convirtieron en la inversión más atractiva para los bancos y eso se materializó en el stock, que solamente en el primer mes del plan Sandleris saltó desde los 257.901 millones de pesos hasta los 519.919 millones de pesos.
Actualmente, el volumen de ese instrumento asciende a los 840.827 millones de pesos y, según cálculos privados, el BCRA pagó intereses por un total de 104.805 millones de pesos desde el 1 de octubre. En promedio, sostener el esquema demandó 1.587 millones de pesos por día.
Las Leliq pasaron a ser la gran aspiradora de pesos del Central. En el camino quedaron las tan temidas Lebac, se calmaron las aguas en el mercado cambiario (el ingreso de dólares del sector agroexportador mejoró las condiciones) y la autoridad monetaria logró sobrecumplir hasta ahora sus metas de expansión de base monetaria.
Las condiciones del frente externo y del mercado local permitieron que en los últimos días se profundice la baja de la tasa de la Leliq, que el viernes cerró en 58,11% anual, el menor nivel desde que el otrora titular de la autoridad monetaria Luis Caputo llevó la tasa de referencia al 60%, a fines de agosto.
"Es cierto que el stock de las Leliq, si la tasa no baja, tiende a crecer rápidamente. Pero la tasa está bajando y en la medida de que siga bajando el ritmo de crecimiento va a ser cada vez menor", explicó a este diario Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma.
El economista agregó que el volumen de las Leliq representa menos del 60% de la base monetaria, mientras que las Lebac y el resto de los pasivos no remunerados del Central representaban el 160 por ciento.
“La crisis, que hizo un desastre, ajustó un montón de cosas por las malas. Y una de las cosas que ajustó fue el balance del Banco Central. Este régimen que viene a estabilizar parte desde otro punto y tiene más oxígeno”, comparó y apostó: “No veo un problema en las Leliq, si es que la trayectoria es la que estamos observando, con una baja de las tasas”.