Gastón Berganza, imputado por el crimen de Diego Feinmann, aseguró que no se considera un asesino y que hizo "lo que tenía que hacer" para defender su vida y la de las tres mujeres que lo acompañaban.
"Me arrepiento de la consecuencia de mi reacción. Me arrepiento de matar a alguien pero no de haber reaccionado así. No me considero un asesino. No busqué matar a nadie. Hice lo que tenía que hacer", dijo el corredor de autos.
En una entrevista con el diario Clarín, Berganza, de 34 años, habló públicamente por primera vez del crimen a balazos del medio hermano de Eduardo Feinmann (33), ocurrido en la madrugada del 21 de noviembre pasado a la salida de un restaurante en Pilar, al norte del Gran Buenos Aires.
Berganza, que espera el juicio en libertad tras haber estado detenido 34 días, dijo que la muerte de una persona "es una cruz" que va a "llevar siempre"."La reacción fue una consecuencia de lo que sentí en ese momento. Para serte extremadamente transparente: a Diego Feinmann no lo conocía, no lo había visto nunca en mi vida. Sabía que era un ex de mi novia, que tenía problemas, que la había fajado", expresó.
Asimismo, remarcó sobre el hombre que murió baleado: "Fue un intento de homicidio, él me fue a matar. Tenía una manopla, una barreta y un gas pimienta que nunca encontraron".
"Después de lo que viví no lo recomiendo. Andar armado me salvó la vida porque esa noche me mataban. Ahora, lo que viene después, el 30% de vos se muere con la persona que mataste. Cargás una cruz el resto de tu vida", acotó.
"No me arrepiento. Pero la consecuencia la siento todos los días. No puedo dormir. La paso mal. Me quedo en la cama pensando en que tiene que terminarse porque no tengo vida. Me trastorna muchísimo", concluyó.
Para la fiscal María Inés Domínguez, a cargo de la investigación, el empresario Berganza le disparó a Feinmann para matarlo y le imputa también el intento de homicidio del taxista que llevó al medio hermano del periodista al restaurante donde ocurrió todo.