Panorama político nacional: el nombre del riesgo es 2020

Los papeles de Mauricio Macri, Rogelio Frigerio, Lilita Carrió y el juez Lorenzetti en el armado del año electoral que se viene.

Panorama político nacional: el nombre del riesgo es 2020
FILE - In this March 6, 2018, Argentina's President Mauricio Macri attends a luncheon at the government house Casa Rosada, in Buenos Aires, Argentina\u002E Macri faces his last year of government in Argentina with a damaged image and the economy plunged into a deep recession\u002E Even so the conservative president will seek re-election in 2019\u002E (AP Photo/Natacha Pisarenko, File)

Argentina trepó hasta el tercer puesto en el listado de riesgo país. En el ránking de naciones con mayor sobretasa de interés es superada apenas por Zambia y con holgura por Venezuela.

¿Por qué debería sorprender el dato si todavía es posible que el electorado argentino elija en los próximos meses ser Zambia o Venezuela?

Cuando el presidente Macri tomó la decisión de recurrir al Fondo Monetario blindó el frágil sector externo de la economía para que la política argentina deje de especular con un nuevo mandato interrumpido y se encamine hacia el año electoral que ya comienza.

Mauricio Macri y su familia
Mauricio Macri y su familia

Pero ese blindaje ha sido construido con deuda. El único sector político que plantea explícitamente cumplir con esos compromisos a partir de 2020 es el oficialismo. La oposición se divide entre los que proponen una revisión y los que pronuncian en favor de un nuevo default.

El riesgo país es el termómetro implacable de esa increíble vacilación del electorado argentino. 2020, esa cifra que en poco más de una semana será el nombre del corto plazo, es también la denominación del riesgo.

Diciembre ya termina. El pronóstico de hecatombes similares a la crisis que le estalló a Fernando de la Rúa parece haberse diluido. No porque la recesión haya cedido. Más bien por la resistencia anónima y silenciosa de una masa crítica de ciudadanos que, pese a la recesión, no desea regresar a esos abismos.

Finalmente, el escenario más violento fue aquel que rodeó a un partido de fútbol. Y el motín de mayor proyección e impacto fue protagonizado con modales oleaginosos en una cancha inesperada. Ocurrió en la Corte Suprema de Justicia.

Tres jueces del máximo tribunal se coaligaron para despojar al presidente del cuerpo, Carlos Ronsenkrantz, de cualquier atributo que exceda la mera representación protocolar.

Rosenkrantz
Rosenkrantz

La acordada que recortó abruptamente las facultades de Rosenkrantz fue refrendada por la firma del administrador Héctor Marchi.

El golpe de mano en tribunales se produjo el mismo día en que el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, hizo público un manifiesto: "Elogio de la 'rosca' política". La práctica es un maestro excepcional, sostenía Plinio el Joven.

Mientras, los gobernadores del peronismo alternativo -jefes políticos del Senado, el tribunal que resuelve un juicio político a los miembros de la Corte- se reunían para ratificar su distancia de Cristina Fernández.

Esa distancia fue medida con un metro patrón fugaz. Implosionó frente a un nuevo pedido de desafuero. Mientras el Gobierno dejaba trascender que al ministro Rogelio Figerio (otro cultor del manifiesto Monzó) le aguarda un destino privilegiado en ultramar.

El juez Ricardo Lorenzetti, mentor de Marchi y principal impulsor de la acordada, consiguió con la degradación de Rosenkrantz sepultar a un tiempo las dos vías que intentó el oficialismo para renovar la Justicia.

Quienes conocen a Rosenkrantz recuerdan que en sus conversaciones con Raúl Alfonsín en la última Convención Constituyente le subrayaba los párrafos de Elisa Carrió en los que encontraba resonancias de sus autores más respetados: John Rawls y Carlos Nino.

El destino unió ahora a Rosenkrantz y Carrió en el despojo. La diputada oficialista intentó, mediante sus denuncias, apartar a Lorenzetti del Poder Judicial. Sin apoyo suficiente de su coalición política y ante un fallo judicial adverso, deberá afrontar ahora los reclamos indemnizatorios de Marchi, la firma sobresaliente de la acordada contra Rosenkrantz.

Carrió interpreta que ninguna renovación judicial es posible con Lorenzetti en la Corte. El dato forma parte del vínculo lábil que la une con Macri, que no se ha recompuesto desde el dia en que pidió la renuncia del ministro de Justicia, Germán Garavano.

Elisa Carrió - Diputada Nacional - Líder de la "Coalición Cívica"
Elisa Carrió - Diputada Nacional - Líder de la "Coalición Cívica"

La embestida de Carrió fue uno de los caminos explorados por Cambiemos frente al nudo gordiano de una justicia cuyo prestigio ya venía dañado y no se ha recuperado desde la muerte del fiscal Alberto Nisman.

La otra vía fue la propuesta por Garavano. El plan del ministro se llamaba Justicia 2020. Finó con la rebelión contra Ronsenkrantz.

El periodista Carlos Pagni reveló en la revista Crisis el dato inicial y más preocupante de esa derrota. Cuando Garavano fue hasta la compañía de seguros de los hermanos Lijo con el proyecto de subsumir el poder de Comodoro Py en la justicia ordinaria de la Ciudad de Buenos Aires, le respondieron: "Doctor, ¿usted sabe que va a ser carátula?".

Carrió reaccionó denunciando en estos días denunciando otro apriete. De Lorenzetti contra la jueza Elena Highton.

La diputada reclamaba la renuncia de Garavano. Todo indica que, si ocurre, la comenzó a construir Lorenzetti.

El reposicionamiento del juez es también clave en el escenario electoral por las causas que involucran a los precandidatos.

La Cámara Federal pulió las aristas del fallo del juez Claudio Bonadio en la causa de los cuadernos. Restringida a los actores centrales, públicos y privados, la figura de la asociación ilícita cierra con una solidez difícil de refutar.

Cristina Kirchner AFP
Cristina Kirchner AFP

En la causa Hotesur, Cristina dejó las pruebas a disposición en conserjería.

Y a la familia Macri la esperan por el Correo.