Las Toninas es mucho más que un balneario familiar e histórico de la provincia de Buenos Aires: hasta allí llegan los cables submarinos de fibra óptica que proveen Internet a toda Argentina y países vecinos, convirtiéndose así en un gran centro de telecomunicaciones. Según una nota publicada por Revista VIVA, desde esta localidad parten cinco cables: Unisur, Sam-1, SAC, Atlantis y Bicentenario. E incluso, se espera que para 2020, Facebook y Globnet, una compañía de Brasil, instalen los suyos.
Tanto su ubicación, como las características del lecho marino -prácticamente un desierto donde solo hay barro, arena y algunos caracoles-, convirtieron a Las Toninas en un sitio clave para asegurar la vida digital. " Los cables 'entran' desde el Atlántico y se enlazan en ciudades de países vecinos hasta formar un anillo que rodea el continente o lo une con otro. En cada costa que tocan llega el servicio, que a su vez puede empalmarse por tierra", describe en su artículo, la periodista Victoria de Masi. Y agrega: "La fibra óptica está debajo de nuestros pies o a la vera de las rutas".
Cada cable está sujeto a lo que se llama "puerto de amarre", a lo largo de la costa, cuya ubicación exacta es desconocida por posibles sabotajes. Son sitios que se encuentran custodiados y sin ventanas. Sin embargo, para los pobladores del lugar, ser la capital nacional de Intenet no trajo beneficios. "Cuando llegó la fibra óptica pensamos que íbamos a ser favorecidos de alguna manera. Que las escuelas tendrían Internet gratis o un descuento para los vecinos, trabajo. Si de acá sale la conexión del mundo… Pero nada", cuenta a ese medio Rosana Carnevali, docente y vecina histórica de la localidad balnearia.
Es que, como contrapartida, para los vecinos no es fácil comunicarse a través de Internet: por momentos, la única forma de enviar un mensaje es a través de SMS, existe un único ciber con 40 computadoras y tres Play Station, pero que sólo abre durante la temporada de verano, y los pobladores locales no reciben ningún beneficio particular por su ubicación privilegiada.
Ricardo Bukel (65), el buzo que se ocupó de acondicionar el lugar, desde 1994, para que las empresas internacionales instalaran sus cables, opina a VIVA: "Al principio se pensó que esto traería un rédito económico, pero no sucedió. Después hubo una especie de temor que terminó en una humorada entre nosotros. Por acá pasan todas las comunicaciones del mundo y, quién te dice, no descartamos ser un blanco".
Actualmente, desde el balneario salen cinco cables que se conectan con otras naciones: Bicentenario, desde diciembre de 2011; Unisur, desde marzo de 1995; South American Crossing (SAC), desde septiembre de 2000; South America-1 (SAm-1), desde marzo de 2000; y Atlantis-2, desde febrero de 2000.