En el mundo fitness, cada vez ganan más adeptos las modalidades de entrenamiento que no requieren de máquinas o elementos externos, reemplazadas por las que aprovechan el peso del propio cuerpo. Ahora, el movimiento naturalista da una vuelta más: abandonar movimientos artificiales, y enlazar ejercicios que imitan el desplazamiento de los animales.
Según explican quienes lo practican, el entrenamiento naturalista "[nació] al observar la performance y adaptación de nativos africanos en su contexto geográfico, [y es] un sistema de entrenamiento que imita los movimientos de los animales y desarrolla una forma de moverse lo más primigenia posible". Así lo explicó Juan Martin Coronel coach y entrenador en alto rendimiento.
Existen varias corrientes que entran dentro de la naturalista, que integran movimientos animales, movimientos del yoga, y técnicas del parkour, que se utilizan para desplazarse por la ciudad.
Según explica a La Nación el entrenador Pablo Benadiba, "La mayoría de los ejercicios o transiciones se trabaja en posición de cuadrupedia (manos y pies apoyados en el piso). Es un entrenamiento de fuerza, movilidad y flexibilidad, y se aplica perfectamente a las rutinas de entrenamiento funcional, ya que se vuelve a los movimientos primarios de la infancia".
No se trata de algo que haya surgido de la noche a la mañana, sino que en los últimos años, el mundo del fitness profundizó esta tendencia a partir del surgimiento de nuevas disciplinas que trabajan con el peso del propio cuerpo, tales como el Tac Fit, el Método Tabata o el Primitive Futional Training (entrenamiento funcional primitivo), que se caracteriza por un enlazado de ejercicios en posiciones primitivas.
"Hoy son tendencia los entrenamientos outdoor, y todas estas técnicas nos permiten realizarlas fuera de un gimnasio", resume Benadiba.