Defensora de los derechos de las mujeres, porteña de nacimiento pero rosarina por elección, Angélica Gorodischer es considerda como una de las precursoras del género literario de ciencia ficción en Argentina. Y esta semana, y a sus 90 años, recibió el Premio a la Trayectoria del Fondo Nacional de las Artes (FNA), por su aporte a la cultura en el país. Entrevistada por Clarín, aseguró que "no me interesa la vida real", y todo el tiempo se empeña en buscar "lo extraordinario, lo que está oculto, lo inexplicable: todo eso que se esconde detrás de lo evidente".
Autora de libros como "Prodigios", "La noche del inocente", "Menta", o el más reciente, "Coro", Gorodischer ya cuenta con más de 55 años de extensa carrera y se consolidó como una de las voces femeninas dentro del género literario que pone el foco en lo fantástico. "Mantiene intacto el entusiasmo que a sus siete años la decidió a ser escritora y por nada del mundo altera una rutina preciada: escribe las primeras versiones de sus cuentos a mano y después las pasa su computadora", relata la periodista Verónica Abdala, autora del artículo.
"Sigo atenta a esos descubrimientos, cuando leo, cuando escribo, mirando lo que hacen otros", asegura la autora a Clarín, desde su casa en Rosario. Y agrega: "Me aburren mucho los autores que me cuentan lo que ven. Creo que nació con el mandato de ser escritora y sigo honrándolo".
Su pasión por la lectura apareció desde que eran solo una niña y se entretenía con las láminas de la revista Billiken. Si bien, actualmente es considerada como una de las máximas referentes del género de ciencia ficción, Gorodischer afirma que no le gusta que la encasillen.
Siempre comprometida y reflexiva sobre todo lo que la rodea, la escritora celebra la lucha por la equidad de género, y el momento tan especial que viven las mujeres en el país. "Todavía estamos lejos de la igualdad, pero no dudo de que estamos en camino", dice al mismo medio. Y agrega: "Somos la mitad de la humanidad y tarde o temprano seremos respetadas y reconocidas. Ya hoy veo una sociedad que reacciona, muy distinta a la que a mí me tocó ver en la juventud, y espero para mis nietos una Argentina en la que las mujeres sean aceptadas y celebradas en sus diferencias pero tengan los mismos derechos que los hombres".