Nació como David Thompson y cometió una serie de delitos sexuales con violencia, pero luego cambió de sexo y pasó a llamarse Karen White. Como Karen, en 2016 recibió una condena a prisión y fue enviado a una cárcel para mujeres.
Sin embargo, aprovechándose de la situación, durante su estadia en prisión abusó de cuatro internas. Entre las denuncias en su contra se encuentran acoso sexual, toque indebido, exhibición de sus genitales y comentarios inapropiados sobre sexo oral, informó Clarín.
Frances Crook, gerente de la organización Howard League para la Reforma Penal, sostuvo que ningún hombre debería ser enviado a una prisión de mujeres "hasta no hacer su transformación sexual completa" por el peligro que conlleva.
Finalmente White fue sentenciada a cadena perpetua que deberá cumplir en la prisión de Wakefield para hombres, en Yorkshire.