Según los expertos, el submarino ARA San Juan que llevaba un año y dos días desaparecido, fue encontrado en un terreno complejo, lleno de pendientes, cañadones y abismos. Esas serían las razones que explican por qué se tardó tanto tiempo en hallarlo, en una de las zonas que habían sido más transitadas, a partir del último contacto, el 15 de noviembre de 2017.
Según informó diario Clarín: "Cuando inició su operativo el 7 de septiembre pasado, el buque Seabed Constructor barrió áreas 1,2,3A, 3B y 4, coincidentes con las ya rastrilladas durante la etapa de ayuda internacional. Las dos primeras estaban referenciadas en un par de puntos clave del caso: la última comunicación con el submarino a las 7:19 y (punto Iridium) y la anomalía hidroacústica registrada a las 10:51 del mismo día e informada 8 días después por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares".
Ese último dato fue el que permitió dar con el área donde se encontraba la nave: un sector ubicado frente al Golfo San Jorge, caracterizado pendientes pronunciadas y leves, y una superficie escalonada, a unos 3.000 metros de profundidad. Allí, en medio de un barranco, fue localizado el sumergible.
Según el artículo de Clarín, el Servicio de Hidrografía Naval, detalló: "Los cañadones pueden ser graficados y entendidos como ríos submarinos que en su cabecera poseen entre 60 y 70 metros de profundidad y 800 metros de ancho. Su constitución data de millones de años y están conformados por arena, arcilla, limo y otros aglomerados. Además, poseen pequeñas formaciones coralinas que se constituyen por la presencia de yacimientos de gas natural".
En este escenario de complejo acceso, Ocean Infinity, la empresa estadounidense a cargo del operativo, dejó para el final el rastrillaje de la zonas con sectores más oscuros y difíciles de barrer por las características del relieve submarino. Fue así que se llegó a la denominada subárea 15 4 A, la primera que había sido transitada durante la búsqueda, y recién el miércoles 14, pudo determinarse que dentro de los datos relevados, había un punto de interés que requería verificarse.
"Desde el Comando de Operaciones de Adiestramiento y Alistamiento (COAA) de la Armada en Puerto Belgrano explicaron a Clarín que las formaciones rocosas que abundan en la zona contribuyen a enmascarar los objetos extraños al ámbito submarino", explica el diario.
En medio de un terreno hostil, fue la tecnología avanzada del Ocean Infinity, la que permitió encontrar definitivamente al ARA San Juan. Los dispositivos protagonistas de la búsqueda fueron sonares de barrido lateral, con ondas multihaz y magnetómetros de sus AUV y los artefactos para captar imágenes y videos en vivo.