La tendencia del delivery de todo, de la vida cotidiana, que te compra cigarrillos, que te acerca al trabajo el tupper que te olvidaste en casa o te compra las verduras y te las lleva a tu domicilio -gestionadas con aplicaciones para celular- llegó para quedarse.
"Todo lo que nos pidan podemos entregarlo a través de mensajería exprés, siempre y cuando quepa en la maleta que nos asignan en la empresa", dice Alfredo Nessi, venezolano de 28 años que trabaja para Rappi, una de las aplicaciones de delivery.
La otra es Glovo. A Carolina Monti, según cuenta, le cambió la vida. "El otro día salimos de casa más temprano que de costumbre porque uno de mis hijos juraba la bandera y había un acto en la plaza. Cuando llegamos me di cuenta de que nos habíamos olvidado una de las mochilas, y si tenía que buscarla después del acto llegaba tardísimo al trabajo. Por 60 pesos y en apenas 15 minutos, un chico en bicicleta fue a buscar la mochila a casa y me la trajo", cuenta a La Nación.
La principal misión de los "glovers" y los "rapitenderos" es el delivery de comidas, pero en este negocio ya hay grandes empresas al mando, como PedidosYa -con más de 11 millones de descargas y 1700 restaurantes adheridos-, así que ahora buscan posicionarse como una asistencia de logística alternativa.