Se trata de una tendencia sexual que tiene como protagonistas a los solosexuales, aquellos que eligen tener sexo consigo mismos. Tal es el avance de esta filosofía que hasta ya cuenta con su propio símbolo: el signo de la masculinidad pero con la flecha hacia dentro del círculo.
Los solosexuales, que cuentan con páginas web para compartir sus experiencias, se inclinan por esta opción, ya que no tienen ganas de seducir ni de conocer otro cuerpo nuevo. Dentro de este comunidad, hay tanto hombre como mujeres de distinta orientación sexual.
Uno de los problemas que aparece cuando se lleva al extremo es el aislamiento y la falta de relación con otras personas al reducir el sexo sólo al plano individual.
Por otra parte, el acceso a la pornografía hace que no tengan que establecer vínculos emocionales al tener la excitación y el placer al alcance de sus manos.
"No hay una sexualidad normal o anormal, podríamos hablar de sexualidad más común o menos. Pero sí que es cierto que cuando una cosa se vuelve exclusiva y anula el resto buscando siempre los mismos estímulos comporta un riesgo y no es recomendable", explicó la sexóloga Núria Jorba en La Vanguardia.
