Gerardo Romano narró con detalles un hecho de abuso que vivió en carne propia mientras viajaba en un colectivo, cuando era joven.
En pleno boom del "El Marginal 2" donde interpreta a Antín, director del penitenciario San Onofre, el actor dio a conocer una fuerte confesión sobre su adolescencia y el episodio de acoso sexual que sufrió arriba de un colectivo: "Se me paralizó el corazón, estaba aterrado, llorando con pánico".
"Fue en un bondi, un veterano me empezó a hablar y me empezó a manosear, yo era muy chiquito, el colectivo – en ese entonces trolebús- venía vacío, tenía 13, 14 años. Me agarró una desesperación", empezó su historia Romano sobre el terrible hecho.
"Le dije 'permiso' bruscamente. Corrió la pierna, me dejó pasar, toqué el timbre para que parara, bajé y bajó, subí, él subió, y cuando estaba a punto de cerrar la puerta, me largué, quedó él arriba y yo abajo. Llegué a mi casa y me puse a llorar todo el camino y cuando me abrió mi vieja no le pude contar nada", señaló.
El acoso no finalizó allí. Al día siguiente, Romano afrontó una situación extraña a la salida del Colegio Sarmiento al que asistía, ubicado en Libertad y Arenales: "Miro de la vereda de enfrente y lo veo, él me inclina la cabeza y me hace un gestito con la mano, se me paralizó el corazón. Empecé a caminar rápido y me seguía", dijo el actor y rememoró que caminó por Avenida Santa Fe hasta Paraná "aterrado, llorando con pánico, con el pibe detrás".
Acorde a su historia, que contó como invitado en el ciclo "El Show del Problema", en ese momento aparecieron dos policías que lograron detener al hombre que lo perseguía, pero el final fue insóito: "Empecé a correr, a gritar y llorar, los policías lo corren, le doblan el brazo, lo dan vuelta contra la pared y no era. Me acuerdo que el tipo asustado dijo: 'Puta que lo parió, soy padre de familia, ahora cuando llegue a mi casa me voy a mirar el espejo a ver si tengo cara de degenerado'", finalizó.