Sarah estaba embarazada de 32 semanas cuando tuvo a la pequeña Ginnifer y a su hermana melliza Evelyn. Desde su nacimiento, el 5 de marzo de 2015, sus padres, Sarah Travis Lee Mitchell, nunca las llevaron al pediatra, ni siquiera vio una enfermera. Ante esto, prefirieron rezar por la salud de su beba recién nacida.
Los padres fueron hallados culpables de "homicidio por negligencia y maltrato criminal" por la corte de Orego, Estados Unidos, y condenados a seis años y ocho meses de prisión.
La familia pertenecen a la Iglesia de los Seguidores de Cristo, de unos 1000 miembros fundada por el abuelo de Sarah, que rechaza la atención médica y cree en la sanación por medio de la fe.
Según The Washington Post, Sarah ignoraba que esperaba mellizas y que llevaba adelante un embarazo de riesgo, por lo que jamás se realizó una ecografía ni vio a un ginecólogo. Sus padres pidieron ayuda a decenas de feligreses, que se juntaron para acompañarlos con oraciones. En vano, cerca de las 7 una de ellas, Ginnifer murió.
Una de ellas murió y la otra, fue salvada por el responsable de la iglesia que llamó a las autoridades para avisar de una muerte. Tras constatar el deceso de la bebé, que pesaba solo 1,5 kilos, por "complicaciones por ser prematura", el médico Eric Tonsfeldt dijo que tenía que llevársela para realizarle una autopsia. Fue entonces cuando le advirtieron que tenía una hermanita.
El médico la encontró en el baño, rodeada de seguidores de la iglesia que estaban rezando y les aconsejó llevarla a un hospital debido a su bajo peso, pero solo le solo le agradecieron por su ayuda. Al salir de la casa, el médico llamó a la policía y finalmente Evelyn fue internada.
Los Mitchell son la quinta pareja de "Seguidores de Cristo" que enfrenta cargos criminales por no haber buscado atención médica para sus hijos. Entre los condenados está la propia hermana de Sarah, Shannon Hickman, que en 2009 dio a luz a un bebé prematuro en la misma habitación donde murió Ginnifer, según el diario The Oregonian. La criatura murió unas nueve horas después de su nacimiento y, más tarde, Hickman y su esposo fueron condenados por homicidio en segundo grado.