Un niño salteño de 10 años logró cambiar de identidad de género en Salta a dos años de haberle comunicado la decisión de ser una niña a sus padres.
"Mamá, soy gay", le dijo el pequeño a Graciela, su madre, cuando apenas tenía 6 años. Pero ella dejó pasar el tiempo para ver si su niño asimilaba lo que le estaba diciendo y el tema no se volvió a tocar.
Tras ese episodio, el protagonista de esta conmovedora historia tomó coraje cuando ya tenía 8 años y volvió a abordar a Graciela y Damián, su padre: "Tengo un sueño en el que soy una nena. Me veo en el espejo y me veo con el pelo largo y un vestido hermoso. Quiero ser una nena",
Ante esta situación, a mediados de marzo sus padres lo acompañaron al Registro Civil de Salta, donde viven y en tan sólo unos días lograron que su hijo pueda ser reconocido como se siente: como una nena.
"En este caso no hubo inconveniente. Conversé con ellos sobre su necesidad y nos pusimos a trabajar para avanzar con esta rectificación registral de la partida lo antes posible", explicó Matías Assennato, director del Registro Civil de Salta, en diálogo con Infobae.
Al respecto del periodo que tuvo que atravesar la familia para asimilar el cambio, Assennato detalló: "Yo me di cuenta que había habido un proceso largo de entendimiento y apoyo. Se hizo el dictamen, se dio comunicación al Ministerio Público y una vez que estuvo listo eso se entregó a la familia la nueva partida con el cambio de género".
Tanto Graciela como Damián debieron aprender a manejar esa decisión que ya estaba tomada y a acompañar a su única hija. Lo primero que hicieron fue buscar ayuda psicológica para que su hija pudiera procesar todo lo que le estaba pasando y se contactaron con referentes de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA) para recibir asesoramiento.
"No es fácil asimilar este tipo de cosas que te dicen tus hijos. Pero entendimos que había que acompañarla desde el amor. Entender y aceptar", argumentó Graciela.
No obstante, para Damián fue difícil concebir que tendría una hija después de 8 años de tener un hijo. Pero su pequeña no le dejó opción...
"Estaba orgulloso de ver cómo ella se le plantó. Le dijo 'No soy más tu hijo; soy tu hija y me tenés que aceptar'. Ver esa seguridad en ella lo hizo reaccionar", reveló Graciela, y agregó: "Tenemos que aceptar a nuestros hijos como son. Esto no tiene nada de malo, ella se siente y vive su vida las 24 horas del día como un nena normal. Tiene límites, va a la escuela y tiene obligaciones".
En cuanto al periodo de adaptación y el trato que recibe en el colegio, la madre de la niña repudió: "Con los docentes, por ejemplo, fue terrible. El año pasado nos mandaban notas por todo: por el pelo, por los aritos, por cualquier cosa. Además no le quisieron cambiar el nombre hasta este año. Fue realmente muy duro y lo peor es que fue todo a nivel institucional: los maestros y los directivos. Creo que todavía falta muchísimo aprender".