Generalmente, pensamos al psicópata como ese “criminal” que sale en las noticias tras haber cometido un delito. Sin embargo, no siempre es así y podríamos tener uno en nuestro entorno y no haberlo notado.
Algunos de estos personajes son grandes simuladores. Circulan en nuestra vida diaria aparentando ser sujetos integrados socialmente como padres de familia, estudiantes, trabajadores, o profesionales reconocidos. Su forma de hacer daño es más sutil, pero el efecto es el mismo. Continuá leyendo en Rumbos Digital.



























