La cápsula espacial tripulada Crew Dragon, fabricada por la compañía privada SpaceX, se acopló con éxito en la madrugada de este martes a la Estación Espacial Internacional (ISS, por su sigla en inglés).
El artefacto llegó a la ISS, tal como estaba previsto y después de un viaje de 27 horas y media, a la una de la mañana (hora de Argentina). Dos horas más tarde y al cabo de los procedimientos de rigor, los astronautas que la tripulaban pudieron ingresar al laboratorio orbital, que se encuentra a 400 kilómetros de la Tierra.
Los tripulantes de la Estación Espacial recibieron con abrazos a los cuatro astronautas de la misión denominada "Resilience", los estadounidenses Shannon Walker, Michael Hopkins y Victor Glover, y el japonés Soichi Noguchi.
La nave había despegado con éxito desde Cabo Cañaveral (Florida) el pasado domingo en un cohete reutilizable Falcon 9 con la cápsula Dragon en la parte superior.
Los cuatro astronautas recién llegados a la Estación Espacial Internacional permanecerán allí por espacio de seis meses, realizando múltiples experimentos científicos.
La firma SpaceX, fundada por el empresario Elon Musk, pretende usar nuevamente la cápsula Crew Dragon para la siguiente misión en asociación con la NASA hacia la ISS, que está previsto que se realice en marzo del próximo año.
La que es la primera de por lo menos seis misiones que SpaceX realizará a la Estación Espacial en razón de un contrato de 2.600 millones de dólares firmado con la NASA en 2014, logró finalmente despegar de acuerdo al programa previsto, sin contratiempos y tras una serie de aplazamientos de la fecha prevista.
La cápsula Dragon es la primera nave espacial de propiedad y operación privada que es certificada por la NASA para vuelos espaciales tripulados, después del éxito de la misión de prueba Demo-2 que con dos astronautas a bordo despegó en mayo pasado hacia la ISS y volvió a la Tierra sin incidentes el 2 de agosto.
El inicio de estas misiones tripuladas supone para la NASA la posibilidad de poder embarcarse en misiones regulares a la Estación Espacial, e incluso para sus programas a la Luna y Marte, en asociación con empresas privadas encargadas de construir y diseñar naves espaciales y cohetes, que funcionarán como una especie de "taxis" espaciales.