En diálogo con Via País, Natalie Pérez no se calló nada y habló de todo aquello que la intoxicó desde los 11 años, edad en la que empezó a trabajar y entró en el mundo de las cámaras. Su álbum "Detox", que lanzó en el día de su cumpleaños hace casi una semana, habla de cómo logró purificarse y desprenderse de todo lo malo que la acarreó desde tan pequeña: malas compañías, exigencias, etiquetas, prejuicios, imposiciones, entre otras cosas.
Si hay algo que dejó en claro la actriz es que la belleza es cien por ciento interior. Tal cual se la conoce, es muy relajada, poco pretenciosa a la hora de lookearse y no cabe duda que es de las mujeres más bellas de la Argentina. "Nose si es por mi personalidad, pero nunca dejé que me afecten los comentarios relacionados a la estética", especificó la actriz.
"Nunca me voy a olvidar cuando me fui a sentar a una agencia de publicidad para que me represente y me dijeron que era gorda. Yo no entendía de qué estaba hablando", arrancó la actriz, revelando su primer choque dentro de la profesión.
"Puedo tener colágeno de juventud, pero nada más. Yo cuando era adolescente, sí, admito que era cachetona. Pero eso es el mismísimo colágeno, y después las pastillas anticonceptivas que básicamente me destruyeron el cuerpo", añadió.
Después del "Detox", que implica purificación y desintoxicación, hoy Natalie ve todo de manera diferente y según ella, afortunadamente el mundo está evolucionando. "Obviamente cuando empecé, la mentalidad era otra a la de hoy. Las lindas eran las rubias de ojos celestes y las modelos eran muy flacas", comenzó. Luego expresó: "Por suerte las cabezas van cambiando y vamos evolucionando. También los medios de a poco van también cambiando y dándonos otras cosas".
También se refirió a las exigencias con las que tuvo que lidiar de chica."Me intoxicaba todo lo que me exigían, y en realidad son todas exigencias que son mentira. Las uñas y pestañas largas, boca grande… de repente caes en que estamos viendo gente de mentira que no se acepta tal cual es. Las uñas, pestañas, boca grande, todo eso es una mentira. En mi trabajo he tenido que escuchar cosas que me incomodaron e intoxicaron, por parte de gente adulta", expresó.
Finalmente, concluyó: "También en su momento había mucha competencia entre mujeres. Palabras, frases de hombres que hoy veo y no entiendo cómo me dijeron semejante cosa. Pero por suerte las cabezas van cambiando. La exposición es muy difícil, pero si sabés llevar bien eso, siempre hay un momento para poder desintoxicarte".