Circulan en redes sociales 2 videos donde el médico genetista Luis Marcelo Martínez sostiene varias afirmaciones sobre las posibles vacunas que se están desarrollando para prevenir el nuevo coronavirus.
El primer video es una entrevista publicada el 30 de agosto último en YouTube acerca de la producción de la vacuna para prevenir la COVID-19. El segundo video es la exposición de Martínez ante el Senado de la Nación el 20 de octubre último sobre el proyecto de ley de vacunas que el 7 de octubre último obtuvo la media sanción de la Cámara de Diputados.
Estos videos -que circularon en Facebook, según los datos que ofrece la herramienta CrowdTangle- tuvieron en YouTube más de 150 mil reproducciones. Además, llegó en reiteradas oportunidades al número de WhatsApp de Chequeado (+54 9 11 3679-0690) para ser verificado.
En esta nota, verificamos las principales afirmaciones que señala Martínez a lo largo de ambos videos sobre las vacunas para prevenir la COVID-19. Según el relevamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 19 de octubre último, había 44 vacunas candidatas en fase clínica y 154 vacunas en fase preclínica.
La vacuna basada en vectores de adenovirus no altera la información genética del ser humano
En ambos videos, Martínez señala que las vacunas basadas en vectores de adenovirus (como la de AstraZeneca/Universidad de Oxford que se producirá en el laboratorio argentino Mabxience), "alterarían la información genética en el ser humano" al "intentar introducir secuencias de información genética en la información genética propia" de dicha persona. Y agrega que esto podría ocasionar daños imprevisibles.
Esto es falso. Como explicó Chequeado en esta nota, ninguna vacuna puede modificar genéticamente el ADN humano.
Mark Lynas, profesor de la Alianza para la Ciencia de la Universidad de Cornell, de los Estados Unidos, explicó a Reuters que "la modificación genética implicaría la inserción deliberada de ADN ajeno en el núcleo de una célula humana, y las vacunas sencillamente no hacen eso" sino que, en el caso puntual de las vacunas de ADN, este "no se integra en el núcleo de la célula", por lo que no se trata de una modificación genética.
Además, AFP Factual -uno de los medios aliados a LatamChequea-, señaló en esta nota que esta vacuna no incide en el genoma ni tampoco en la información genética que transmitiremos a nuestra descendencia.
La vacuna de AstraZeneca/Universidad de Oxford utiliza como vector un adenovirus de chimpancé que no provoca daño en los humanos y está modificado genéticamente para que no se pueda reproducir. Además, contiene fragmentos del SARS-CoV-2 con instrucciones para que el propio organismo produzca la proteína llamada spike o "S" (es la que forma las espinas que sobresalen de la superficie del virus y es la que le da a la partícula viral el aspecto de una corona), que se encuentra en la superficie del nuevo coronavirus.
"Las vacunas de vectores virales que están en fase 3 en este momento incluyen la proteína S del nuevo coronavirus en la membrana de estos adenovirus, y de ninguna manera interfieren con el material genético de nuestras células", explicó Javier Farina, director del Comité de Infectología Crítica de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva a AFP Factual.
Las vacunas que utilizan vectores de adenovirus no se basan en la terapia génica
Martínez afirma en su primer video que las vacunas que utilizan vectores de adenovirus (como la de AstraZeneca/Universidad de Oxford) se basan en la terapia génica. Y agrega, además, que la "teoría de la terapia génica" en la que se basan no es sólida.
Esto es falso. Las vacunas a las que refiere Martínez no tienen relación alguna con la terapia génica, salvo por la utilización de adenovirus.
"La terapia génica es un procedimiento terapéutico que se ha intentado mayormente a nivel experimental. Allí, a través de diferentes procesos de ingeniería genética, los adenovirus han sido utilizados como herramientas para lograr que sean capaces de insertar un gen de interés dentro del genoma humano", explicó a AFP Factual Juan Sabatté, médico y doctor en Microbiología e investigador del Conicet.
Además, Sabatté agregó que los adenovirus pueden ser utilizados con diferentes fines terapéuticos, pero que cuando se los utiliza como vacunas "de ninguna manera tienen la capacidad de reemplazar un gen alterado y cambiar su secuencia por la secuencia normal".
Las vacunas de ARN mensajero no interfieren en el funcionamiento de ciertos genes
Martínez sostiene en el primer video que las vacunas hechas a base de ARN mensajero podrían "interferir en el funcionamiento de ciertos genes del organismo, entre ellos el gen de moléculas que tienen relación con la fertilidad y la reproducción humana".
Además, en su exposición ante senadores de la Nación, asegura que "las reacciones adversas esperables para estos nuevos compuestos serían efectos tales como la infertilidad". Esto también es falso.
Como explicó Chequeado en esta nota, las vacunas de ARN mensajero son aquellas que usan parte del material genético del virus. "En él iría la receta molecular para que nuestras propias células fabriquen la proteína viral -en este caso, la que forma los picos de la corona del virus- que el sistema inmune pueda reconocer", explica el sitio especializado Salud con Lupa. El objetivo es similar al de la vacuna de AstraZeneca/Universidad de Oxford, es decir, lograr que nuestro cuerpo fabrique dicha proteína.
Sin embargo, a diferencia de lo que sostiene Martínez, estas vacunas no tienen incidencia en el núcleo de la célula donde se encuentra el genoma, y por lo tanto, no pueden interferir en él.
"El proceso de traducción del código genético en una proteína se lleva a cabo en el citoplasma, no en el núcleo de la célula. El ARN mensajero no puede 'meterse' en nuestro ADN", dijo a AFP Factual la doctora María Victoria Sánchez, investigadora del Laboratorio de Inmunología y Desarrollo de Vacunas de Imbecu-CCT-Conicet, Argentina.
Por último, esta desinformación -supuesta infertilidad que causarían las vacunas- circuló con anterioridad y ya fue verificada por este medio en esta nota.
El nuevo coronavirus sí fue aislado y caracterizado
Martínez asegura en el primer video que no hay certeza de que el nuevo coronavirus haya sido "aislado ni caracterizado". Esto también es falso.
En agosto último, circuló esta desinformación porque las afirmaciones fueron dichas por la inmunóloga Roxana Bruno en una entrevista en Radio Continental. Ante la viralización de estos dichos, la Sociedad Argentina de Inmunología publicó un documento desestimando esto.
La Sociedad destaca que el agente causante de la COVID-19 fue aislado y secuenciado en enero último y que hasta la fecha se han secuenciado 85.533 aislamientos virales, "hecho que ha permitido conocer la tasa de mutación (cambios genéticos) que experimenta el mismo".
"En nuestro país, el 07/04/2020 se difundió la secuenciación del genoma completo de las 3 cepas que circulaban en Argentina, originarias de diferentes regiones del mundo, Asia, Europa y Estados Unidos y micrografías electrónicas del virus fueron capturadas a partir de aislamientos virales tanto en otros países como en el nuestro", agregaron desde la asociación especializada.
El nuevo coronavirus no es un virus común de resfrío
En el primer video, luego de señalar que el nuevo coronavirus no ha sido aislado ni caracterizado, Martínez asegura que se trata de "un virus de resfrío". Esto es falso.
Según la OMS, el SARS-CoV-2 pertenece a la familia de los coronavirus. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio agudo severo (como es el caso del SARS-CoV-2).
Además de los cuadros de neumonía, la COVID-19 también puede afectar el sistema cardiovascular, a la sangre, al corazón y a otros órganos. Aún se desconocen sus efectos a largo plazo.
Por último, Pablo Scapellato, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), explicó a AFP Factual: "Los coronavirus eran un tipo de virus del que solo se conocía que produjera cuadros respiratorios banales (entre ellos, resfriado). Pero luego, a principios de los 2000, conocimos a un coronavirus que produjo SARS y a otro que produce MERS. Este es otro tipo distinto de coronavirus".
Esta nota fue producida por Delfina Corti para la Red Federal contra la Desinformación (RedDES), una red colaborativa federal de medios creada para producir y difundir verificaciones de rumores y contenidos falsos sobre coronavirus que están circulando a través de las redes sociales. Las vías de contacto son: por mail a redfederal@chequeado.com y /Chequeado en todas las redes. Si te llegó información sospechosa por WhatsApp podés enviarla al 11.3679.0690 para su verificación.