La ANMAT aprobó el uso de esketamina, un spray nasal indicado para el tratamiento de la depresión en los pacientes que no responden a las terapias tradicionales. Es un medicamento con un mecanismo de acción de efecto rápido, que se debe autoadministrar exclusivamente en un entorno médico controlado.
En Argentina, según el primer estudio epidemiológico en salud mental, de 2018, el trastorno depresivo mayor alcanza al 8,7% de la población mayor de 18 años. Y en el mundo, se estima que unas 350 millones de personas conviven con este trastorno que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, alteraciones del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración y que puede afectar en forma significativa la capacidad de afrontar las tareas diarias y mantener las conexiones sociales.
Se observa en formas leves, moderadas y graves, pero todas ellas requieren igualmente tratamiento para reducir su impacto en la calidad de vida. Esto señala que la depresión es un problema urgente en la agenda de la salud pública.
"Actualmente, la depresión se medica con antidepresivos. Primero se indica uno, se va optimizando la dosis, después puede combinarse con otro antidepresivo o con otros medicamentos (antipsicóticos, estabilizadores del humor y de la hormona tiroidea). No obstante, con todas las alternativas disponibles hasta el momento, hay un 30% de pacientes que no responden. A ese cuadro se lo llama depresión resistente al tratamiento", señaló en una entrevista con diario "Clarín" Daniel Mosca, médico psiquiatra del Hospital Alvear y del servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) de la Ciudad de Buenos Aires.
En Estados Unidos, la FDA recientemente también aprobó la esketamina para el tratamiento de la depresión con riesgo de suicidio y en Argentina se calcula que esa indicación podría autorizarse a mediados de 2021.
"Todo avance en el tratamiento de la depresión es una gran novedad", señaló Marcelo Cetkovich, jefe de Psiquiatría de INECO y profesor del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Ciencias Médicas Universidad Favaloro, quien destaca que la esketamina es un medicamento "con un mecanismo de acción muy novedoso".
El origen del desarrollo es de hace diez años, "cuando un grupo de investigadores -entre los que se encontraba el psiquiatra argentino Carlos Zárate, que trabaja en el Instituto Nacional de la Salud Mental (NIHM), de Estados Unidos-, que estudiaba la neurobiología de la depresión propusieron la participación de una proteína (el receptor NMDA del neurotransmisor ácido glutámico). Buscaron algún fármaco que actuase sobre ese receptor para hacer lo que en ciencia se denomina una 'prueba de concepto', es decir un experimento que permite avanzar en una línea de investigación", cuenta Cetkovich.
Y agregó: "Así encontraron la ketamina, un anestésico disociativo que también tiene un uso adictivo ilegal. Lo probaron en un grupo de personas con depresiones resistentes, es decir que no habían respondido a ningún tratamiento, y los resultados fueron muy llamativos. Los síntomas desaparecían en forma muy rápida, aunque breve. A partir de ese y otros estudios, el laboratorio "Janssen" comienza el desarrollo de un derivado, la esketamina, que se puede administrar mediante un spray nasal".
La esketamina ayuda a restaurar las conexiones sinápticas en las células cerebrales en personas con trastorno depresivo mayor. "Por los resultados que se encontraron en los estudios clínicos, que incluyeron pacientes que no habían respondido a los antidepresivos habituales y con la esketamina un porcentaje importante empezó a responder, remitió su cuadro depresivo y recuperó su calidad de vida", explicó Mosca.
El médico del Hospital Alvear resaltó la rapidez efectiva del tratamiento con esketamina: "Con los antidepresivos actuales tenemos que esperar como mínimo entre 2 y 4 semanas para que hagan su efecto y debemos esperar que el paciente responda al medicamento y a la dosis. Si debemos hacer cambios, sea de dosis o medicamento, puede pasar más tiempo." En nuestro país, el trastorno depresivo mayor alcanza a casi uno de cada 10 adultos.