El Gobierno anunció este viernes que decidió extender la negociación de la deuda externa hasta el 24 de julio, después de que dos tercios de los acreedores se mostraran inflexibles en su decisión de no aceptar la segunda enmienda que se disponía a hacer a la oferta inicial el ministro de Economía Martín Guzmán.
Ahora, la negociación continuará hasta el plazo máximo de tres meses que establece la Comisión de Valores de los Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) y el resultado de la operación se anunciará el 27 de julio, comunicó el ministerio de Economía.
“Argentina y sus asesores pretenden aprovechar esta extensión para continuar con las discusiones y permitirles a los inversores continuar contribuyendo con una reestructuración de deuda exitosa”, agregó la cartera.
El presidente Alberto Fernández explicó este mismo viernes, como no lo había hecho antes, en qué punto está trabada la negociación de la deuda externa según su percepción: los acreedores proponen aliviarlo a él, pero no al que venga atrás.
Eso surgió en el diálogo que el propio mandatario tuvo esta semana vía telefónica con representantes de fondos de inversión, junto al ministro de Economía y jefe negociador, Guzmán, desde la quinta de Olivos.
Tal como anticipó el jueves Vía País, la Argentina tiene vencimientos por 28.000 millones de dólares entre 2020 y 2023. El alivio en el flujo de caja que ofrecen los bonistas está ente 23.000 y 24.200 millones de dólares para ese período.
Así, Fernández debería pagar sólo entre 3.800 millones y 5.000 millones hasta el final de su mandato el 10 de diciembre. Y en 2024 comenzarían los pagos fuertes: ese primer año habría vencimientos por 15.000 millones, según las propuestas más agresivas.
Entre lo que Argentina propone pagar en cuatro años y lo que piden los bonistas la distancia es de 2.100 millones de dólares. Y para todo el acuerdo, que va hasta 2047, la diferencia está en 6.800 millones. Esto último es en lo que señaló Fernández.
Esos números se plasman en el diálogo. “Gran parte de los acreedores con los que hablé me dicen ‘en tu gobierno no te jorobamos pero después empiecen a pagar’. Y yo no voy a aceptar eso porque después de mí la historia sigue”, dijo Fernández en una rueda de prensa.
Asimismo, pidió bajar el nivel de “ansiedad” sobre el tema, dado que la reestructuración de 2005 –liderada por Roberto Lavagna- había demando un año, mientras que ahora sólo van dos meses de “tironeos”.
La banca estadounidense de inversión Goldman Sachs –una de las más grandes del mundo- dijo en un comunicado para sus clientes que falta un esfuerzo más de ambas partes para que pueda haber un acuerdo.
Para esta entidad, si bien los riesgos habían aumentado en los últimos días por la confrontación pública, las dos partes podrían encontrar una manera de cerrar la brecha que calculó en 5 centavos por dólar y “evitar un incumplimiento desordenado y contencioso”.
Fernández afirmó que está “seguro” que habrá un acuerdo. Y señaló que, según su visión, los grandes fondos de inversión están “tironeando” para dilatar las negociaciones hasta que termine la pandemia, para poder pulsear en mejores condiciones.
"Esa una renegociación que avanza y como toda negociación lo hace entre tironeos", sostuvo Fernández. E insistió: "Vamos avanzando y nosotros tenemos la confianza de que podamos encontrar un punto de acuerdo con los acreedores. Para eso seguimos trabajando".
Fue el camino que escogió Guzmán. Ante el vencimiento del plazo, lo renovó por quinta vez. “Lo que necesitamos es evitar que la Argentina siga siendo vista en el mundo como un país que no cumple sus obligaciones, porque eso no es bueno para la Argentina”, dijo el Presidente.
Los activos argentinos se habían derrumbado el día anterior. Y este viernes, mientras hablaba Fernández, remontaron fuerte. El riesgo país bajó 2,9% a 2.539 puntos y los bonos en dólares que son parte de la reestructuración saltaron hasta 5,1%.
Preocupación por provincias y empresas Tanto en el ala política como en área técnica, en el Gobierno descartan que haya intenciones de ir a un default masivo, de toda la deuda. En Olivos señalan que no descuidan que cinco distritos ya están en proceso de renegociar también sus deudas y que las empresas van en ese camino.
Buenos Aires, Mendoza, Río Negro, Córdoba y Chubut ya iniciaron el proceso para renegociar sus deudas. Y al menos las dos primeras ya están en default selectivo y la tercer lo estará el 11 de julio, porque registran impagos de pagos de deuda en dólares emitida bajo ley extranjera.
En el sector corporativo también hay problemas, que se acentuaron con la pandemia y la parálisis económica.
Según un informe de la calificadora Moody's, a diciembre de 2019, las empresas argentina tenían registradas necesidades de refinanciamiento por 547.000 millones de pesos (9.100 millones de dólares) para los próximos 24 meses.
En 2020, solo tres compañías han logrado acceder a los mercados internacionales y con fines de refinanciamiento únicamente, aunque varias compañías han obtenido financiamiento en el mercado local.
Moody's precisó las necesidades de refinanciamiento de la mayoría de las compañías no financieras calificadas de Argentina serán moderadas durante 2020-21, pero el acceso limitado a los mercados internacionales de bonos probablemente impedirá que refinancien y el año próximo tienen vencimientos por 3.800 por millones de dólares.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.