El encuentro que se dio el miércoles entre el presidente Alberto Fernández, junto a algunos de sus ministros, y los referentes de las principales empresas del país, comenzó a gestarse hace varios días entre el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Béliz y el presidente de la UIA, Miguel Acevedo.
Según publicó Clarín, fue el propio Acevedo el que intercedió para invitar a los empresarios a la Quinta de Olivos. La foto, de 16 hombres de traje, sin tapabocas, alrededor de una mesa, se difundió el miércoles y dio que hablar.
Siempre según Clarín, la reunión duró una hora y media, y Alberto no escatimó en elogios para Roberto Lavagna, con quien había almorzado poco antes. "Tenemos que hacer acuerdos para la recuperación, con Roberto hablamos de la importancia del pacto social como el diálogo que tiene la UIA con la CGT o Toyota con Smata", dijo el presidente.
"Quiero que me conozcan, esta es una reunión de diálogo. Y si quieren saber cómo pienso, tengo una enorme afinidad con Roberto. No estamos acá para hacer locuras", agregó después, en referencia a las versiones que sugerían que podría estatizar empresas.
Fernández habló a los empresarios de un plan de trabajo conjunto público-privado para la post pandemia, y se comprometió a destrabar lo que complique la actividad productiva.
Según algunos de los presentes, el presidente no se explayó sobre la negociación de la deuda, pero sí repitió que está enfocado en no caer en default. Mientras, el ministro de Economía, Martín Guzmán, no emitió palabra. Según se supo, entre bonos y obligaciones negociables, la deuda de las empresas acumula US$ 15.000 millones. "Caer en default implica no poder refinanciar y una seguidilla de quiebras", dijo otro de los invitados.
