La conmovedora carta del hermano de Santiago Maldonado: "Tiene que aparecer con vida"

El joven está desaparecido desde el martes y desde el Gobierno dicen que Gendarmería no lo detuvo.

La conmovedora carta del hermano de Santiago Maldonado: "Tiene que aparecer con vida"
Santiago Maldonado

Sergio Maldonado, hermano del joven desaparecido en Chubut tras el desalojo de una protesta mapuche, escribió una emotiva carta abierta que publicó la agrupación "La garganta poderosa" en las redes sociales.

Bajo el título "Tiene que aparecer", Sergio exigió que su hermano Santiago aparezca "con vida", ya que "los gendarmes lo rodearon, lo golpearon y lo subieron a una camioneta".

"Hace casi una semana, tras la represión a los manifestantes en la comunidad Lof de Cushamen, la vida de toda mi familia cambió por completo: no vivimos, no podemos, no tenemos noticias de mi hermano, ni respuestas de las Fuerzas que apaleaban, disparaban y arrastraban todo lo que tenían enfrente, mujeres, niños... Y Santiago", dijo Sergio.

"De visita en Chubut, se había quedado a dormir en el acampe para expresar su apoyo a los mapuches, que estaban exigiendo la liberación de su dirigente Facundo Jones Huala, preso político", sobre quien pesa un pedido de extradición del gobierno chileno, que lo acusa de terrorismo, tenencia de arma de fuego, incendio de propiedad con habitantes adentro y violación de la ley de extranjería, añadió.

"Pero no, rectificando algo que muchos medios informaron, mi hermano no forma parte de ninguna agrupación de pueblos originarios, aunque siempre se muestre dispuesto a colaborar con distintas causas, frente a la ausencia del Estado. O sus abruptas irrupciones", aclaró Sergio.

"El viernes presentamos un hábeas corpus en Bariloche, Esquel y El Bolsón. Recién entonces, el juez Otranto empezó la búsqueda, después de 84 horas sin hacer nada de nada", denunció.

La carta completa:

"TIENE QUE APARECER"

*Por Sergio Maldonado, hermano de Santiago, desaparecido en democracia.

Hace casi una semana, tras la represión a los manifestantes en la comunidad Lof de Cushamen, la vida de toda mi familia cambió por completo: no vivimos, no podemos, no tenemos noticias de mi hermano, ni respuestas de las Fuerzas que apaleaban, disparaban y arrastraban todo lo que tenían enfrente, mujeres, niños... Y Santiago.

De visita en Chubut, se había quedado a dormir en el acampe para expresar su apoyo a los mapuches, que estaban exigiendo la liberación de su dirigente Facundo Jones Huala, preso político. Pero no, rectificando algo que muchos medios informaron, mi hermano no forma parte de ninguna agrupación de pueblos originarios, aunque siempre se muestre dispuesto a colaborar con distintas causas, frente a la ausencia del Estado. O sus abruptas irrupciones. Pues el martes, cuando la Gendarmería Nacional detonó un desalojo violento, muchas familias se resguardaron detrás de unos sauces, al costado del río que cruza los Andes. Allí, algunos intentaron salvarse de las balas, cruzando ese caudal de agua, entre la dificultad de las ramas. Santi no cruzó. Y el rastrillaje de la Prefectura ya lo confirmó.

Los gendarmes lo rodearon, lo golpearon y lo subieron a una camioneta.

No sabemos nada más.

El viernes presentamos un hábeas corpus en Bariloche, Esquel y El Bolsón. Recién entonces, el juez Otranto empezó la búsqueda, después de 84 horas sin hacer nada de nada. Y sí, se pueden lavar las manos diciendo que no se lo han llevado, pero la Gendarmería será responsable de lo que haya pasado. Santiago no se perdió, ni se esfumó por arte de magia. No se trata de una persona extraviada. Se trata de una desaparición forzada. Pero no vamos a esperarlo de brazos cruzados. Mañana, desde todos los rincones del país, marcharemos para exigir que nos digan dónde está, mientras lo buscamos nosotros mismos, sin descansar ni un minuto. Sólo para eso escribo estas líneas, para pedirles con este grito desesperado que, por favor, nos acompañen en cada ruta, en cada plaza, en cada avenida: tiene que aparecer mi hermano.

Y tiene que aparecer con vida.